¿Qué sucede en Ucrania? ¿Usted lo sabe? Yo, no. Las teles, tan aficionadas a sacar las cámaras a la calle para preguntar a los transeúntes gilipolleces varias, deberían ahora pulsar el tono ciudadano y lanzar una única y simple pregunta: ¿Sabe por qué Ucrania está en llamas? Me apuesto la propina del domingo a que ni un 10% conoce la verdadera situación.

Esto nos conduce a la pequeña lección sobre el cuerpo duro de este medio de comunicación, algo de lo que vengo hablando desde hace 30 años: la tele odia las reflexiones, las explicaciones y cualquier cosa que exija prestar atención, al menos, cinco minutos. Nos inundan de imágenes pavorosas, donde las llamas son el escenario cotidiano, pero ni una sola voz que proponga una pequeña lección de geopolítica (solo este palabrejo ya asusta).

¿Qué sucede en Ucrania? ¿Por qué se ha levantado la población civil? Hombre, de entrada, porque no soportan a un criminal que les quiere llevar por una senda por donde no quieren caminar, y está dispuesto a rematar a toda la población antes que rendirse. Ya, ¿pero todo esto por qué sucede? ¿Qué pinta Rusia? Yo soy incapaz de responder con cierta garantía. Son los periódicos (¡) los que le ofrecerán reflexiones amplias y sesudas, pero las teles huyen del bla, bla, bla. Está en su esencia, está en su genética mirar solo al entretenimiento. Así que vivimos en un tiempo en que tenemos acceso en directo a cualquier rincón del mundo, pero vacío de información. Mucho ruido y pocas nueces. Ya digo, lea periódicos.