En esta semana de esperpentos ayusiles y de intentos de ciudadanos de resistir la OPA, han ocurrido más cosas. El pasado lunes me vacuné. Me tocó, como a todos los profes de menos de 55 años, la vacuna de AstraZeneca. En los institutos y a modo de broma la llaman la vacuna de Hacendado. Viendo como fue el proceso de vacunación no tengo ninguna duda de que nuestra Sanidad está más que capacitada para vacunar al 70% de la población antes de que acabe el verano. El proceso es como una cadena de montaje: te citan a una hora exacta, tan exacta que en mi caso eran las 15:47. Comprueban que efectivamente estás citado, te dan un papel que prueba que te vas a vacunar y te pasan a la fila, avisándote de que desnudes tu hombro izquierdo. Las enfermeras tienen ya las inyecciones preparadas. En algo menos de un minuto te pone la vacuna, te explica que debes esperar 15 minutos por si acaso (a nadie de todos los mas de 100 que estábamos allí le paso ningún por-si-acaso) y que después te vayas a tu casa tranquilamente. Una efectiva cadena de montaje, en la que eso sí, las enfermeras y auxiliares te sonríen y te hacen sentir humano sin por ello perder un segundo. Más allá de mi experiencia personal como aval de la capacidad del proceso de vacunación, están los datos. En España todos los años en la campaña de la gripe, sin hacer ninguna cosa especial, se ponen en dos meses 10 millones de vacunas. Tenemos una de las mejores sanidades del mundo. La tenemos porque durante años hemos invertido en mejorarla. El problema que podemos tener para lograr la vacunación no está en la sanidad. Está en la capacidad de producción de las vacunas, que por cierto se están quedando otros países antes que el nuestro, ya que no se producen aquí. Con la industria en general desde los 80 decidimos que mejor cerrar Altos Hornos, Astilleros, Alcoa, Nissan etc. España debía ser la Florida de Europa y que la industria la tuvieran otros. Ahora lo pagamos y nos lamentamos. Aprovechemos los 140.000 millones para apostar por la industria y cambiar el modelo productivo. Que la próxima crisis no nos pille sin mascarillas o vacunas…