Que los colectivos vecinales han perdido fuelle reivindicativo es un hecho desde hace ya varios años, pero que una asociación como la de Montes de Valdespartera, que nació antes de que el barrio se poblara, haya estado a punto de desaparecer es preocupante. Máxime cuando es un sector con población joven. Finalmente se ha salvado, pero el escaso compromiso con la defensa de lo común debe hacer reflexionar a sus moradores: los logros hay que pelearlos antes.