La presidenta Luisa Fernanda Rudi vendió ayer en Barcelona las virtudes de Aragón como destino de inversiones productivas con un formulario sencillo pero contundente. La comunidad aragonesa es hoy un espacio fiable política, sindical, empresarial e institucionalmente y con infraestructuras modernizadas capaz de ofrecer un marco competitivo y estable a las empresas que fijen su base de operaciones. La iniciativa es interesante y pertinente en un momento como el actual, pero debe ser complementada con una política que no solo busque el nuevo capital sino que defienda el ya invertido. El paro no da tregua (para muestra, la EPA), y no hay mes sin una mediana o gran empresa que anuncie reestructuración o cierre. Si solo buscamos más empresas sin proteger las ya radicadas en Aragón... La estadística no engaña.