Opel España calló ayer ante la noticia, confirmada por la matriz, de la posible venta de la división europea de GM al gigante francés PSA (Pegueot -Citroën). Si bien es comprensible la prudencia del presidente de la compañía, Antonio Cobo, y del comité de Figueruelas, urge información fidedigna tras ver a los sindicatos alemanes lanzando una reacción de sorpresa y, casi, de estupefacción. La sostenibilidad de la planta aragonesa en cualquier operación es la clave para valorar, como ocurrió hace unos años cuando Fiat y Magna negociaron la compra de Opel.