Nos encontramos ante un verano atípico, marcado por la pandemia del covid-19. En estos momentos de desconexión es clave prepararnos y reflexionar para ser más fuertes y conseguir entre todos una estrategia que permita anticiparnos y superar esta situación, sin dejar a nadie atrás.

Las crisis son momentos de oportunidades y cambios. Nos movemos en un contexto económico, social y cultural complicado, es el momento de cambiar de rumbo, de impulsar nuevos modelos, basados en la sostenibilidad, la industrialización y, sobre todo, aprovechando la transformación digital que nos permite grandes oportunidades y desafíos.

Asimismo, es fundamental reforzar sectores económicos como la agricultura, que tanto empleo genera en el ámbito rural y el sector servicios, principalmente el turismo, que ha sufrido las grandes consecuencias de esta pandemia.

Los consumidores hemos cambiado nuestros hábitos, por eso es clave que las empresas se adapten a estas circunstancias, impulsando en sus planes estratégicos la economía verde, basada en la sostenibilidad, responsabilidad social y los Objetivos de Desarrollo Sostenibles de Naciones Unidas, todo ello basado en la ética y la transparencia.

Un nuevo modelo económico, fundado en la cultura de la innovación, el I+D+i, el aumento de la productividad y la retención y promoción del talento, principalmente el de las mujeres y jóvenes, ya que son claves para implementar esta transición, sin olvidar nunca la colaboración público-privada, porque los gobiernos tienen un papel primordial en el estímulo de la inversión, la formación, el aprendizaje y adaptar la formación profesional a las demandas de las empresas.

Este cambio de modelo económico debe ser sostenible en todos los aspectos, es decir, también con las personas, ahora más que nunca, hay que ser justos, erradicar la pobreza y facilitar el apoyo a aquellas familias con mayores dificultades. Por eso es fundamental implantar un nuevo contrato social, acorde a las demandas del siglo XXI.

Todo ello debe suponer la transformación digital, la implantación de una economía más industrial pero a su vez más verde y es fundamental el liderazgo, tanto por parte de los máximos directivos de las empresas, como de los gobiernos, recuperando la ilusión por la política.

Aragón, está siendo un ejemplo de entendimiento entre lo público y lo privado. Reflexionemos sobre este modelo, porque en septiembre tenemos grandes retos por delante, donde las personas y las familias tienen que ser las protagonistas. Entre todos, demos ejemplo y seamos capaces de poner en marcha el ODS17- Alianzas para conseguir los objetivos.