El filósofo Gramsci, uno de los padres del marxismo europeo e inspiración directa de Pablo Iglesias y los jóvenes radicales de Podemos escribió:

«Decimos que estamos en crisis cuando lo viejo no ha muerto y lo nuevo todavía no puede nacer»

O esta otra frase:

«Hay que eliminar a los portavoces».

La primera podría definir la convulsa lucha en la que se debate la izquierda española, entre los viejos principios comunistas, los más elásticos y adaptables argumentarios socialdemócratas y los nuevos radicalismos de raíz populista.

¿Cómo terminará esa crisis de valores e ideologías? De momento, y vamos a aplicar la segunda sentencia gramsciana, Podemos quiere contarla, difundirla a su manera, y por eso cuestiona a los portavoces más o menos oficiales de la sociedad, a la Iglesia, los jueces, al Gobierno central y a los Autonómicos, a los medios de comunicación, a los empresarios, a los sindicatos tradicionales, todo lo que les suene a viejuno o statu quo.

Algo parecido sucedió en la Francia de los setenta, con Gramsci plenamente vigente, y con un Sartre y un Roland Barthes que perdían la vida en 1980.

Precisamente la muerte de este último, atropellado por una furgoneta en París, ha inspirado a Laurent Binet una fantasía policíaca, una divertida y excelente trama de ficción con el telón de fondo de los llamados nuevos filósofos franceses: Althusser, Foucault, Lacan, Deleuze, Guattari, Bernard Henri-Lèvi y una larga lista de herederos de Saussare, de Nietzsche y Wittgenstein que pusieron en duda todo o casi todo, desde las portavocías del poder hasta los niveles de comprensión del lenguaje, sus estructuras, significados y significantes.

Una novela, la de Binet, «La séptima función del lenguaje» (Seix--Baral) que se lee como un manual del pensamiento de izquierdas, con la política también de fondo, con Miterrand, Rocard y Giscard conviviendo entre filósofos, guerras y batallas electorales, con la ambientación de una Francia viva, comprometida, y una Universidad donde la herencia de mayo del 68 seguía respirándose a pleno pulmón.

Novela de pensamiento y acción, como preconizó el existencialismo marxista antes de diluirse en los posibilismos del mercado.

Para reflexionar disfrutando.