Que los cuatro cargos principales de la Guardia Civil, con el DAO Laurentino Ceña a la cabeza, hayan dado positivo y estén aislados en sus domicilios es un indicio de cómo estarán los guardias, que si usan mascarillas y guantes es porque son suyas. Que la Policía Nacional haya destituido al autor del plan de riesgos del Cuerpo en plena crisis es una torpeza sublime. Y que se haya decidido que las muertes no sean consideradas en acto de servicio es una vergüenza que arrastrará Interior.