Mientras en Aragón debatimos sobre cánones de depuración de aguas residuales, algunos barrios y municipios aragoneses asisten a ejemplos de vertidos incontrolados realmente denunciables. Es el caso de los vecinos de la prolongación de la calle Miguel Servet, en Zaragoza, que conviven con las escorrentías de unos desagües precarios del cercano polígono Montemolín que han quedado cegados por la reciente construcción del cuarto cinturón. Una ciudad que va a organizar la Expo del 2008 con el lema Agua y desarrollo sostenible no debería permitirse un tratamiento de los vertidos tan lamentable.