El Ayuntamiento de Zaragoza dio ayer vía libre a la recalificación de los terrenos sobre los que se construirá un hospital privado en la avenida Gómez Laguna. Un proyecto que salió adelante sin los votos de la izquierda (PSOE, ZeC y Podemos) y que puede generar cierta tensión en las buenas relaciones institucionales que mantienen el alcalde Azcón y el presidente Lambán. Cierto es que el responsable del Ejecutivo nadó y guardó la ropa cuando se le preguntó por el proyecto: no lo considera de interés general, pero mostró respeto por la autonomía local y por la iniciativa privada. Quizá lo hizo pensando en el plácet que debe dar el alcalde zaragozano si quiere ampliar Plaza y en que el grupo municipal socialista ya había actuado de saco de boxeo. Porque razón tuvo el concejal de Urbanismo al recordarles que no hay diferencia entre una empresa agroalimentaria u otra sanitaria si ambas generan riqueza.