Un descubrimiento, en literatura, siempre vale por dos: por un lado, abrimos una puerta, accedemos a un nombre desconocido; por otro, disfrutamos por primera vez de una de sus más recomendables obras.

Ambos placeres --el de la novedad y el de su justificación-- se reúnen ahora en una atractiva novedad recién aparecida en nuestro mercado editorial: Viaje con Venus, novela del escritor griego Anguelos Terzakis, que acaba de ser publicado por primera vez en castellano por la editorial Rey Lear, con una primorosa y respetuosa traducción de Francesc Passani.

Desconocido, como digo, en España, Terzakis (Nauplia, 1907-Atenas, 1979-- está considerado, sin embargo, como un clásico prácticamente vivo en los modernos anales de la literatura contemporánea helénica.

Desde un punto de vista más académico, los estudiosos han englobado a Terzakis en la llamada "Generación del 30", a la que pertenecerían asimismo autores como Thetokás o Myrivilis, con los cuales Terzakis mantuvo una fecunda asociación (en algún caso, llegaron a escribir obras a cuatro manos).

Literariamente, Terzakis debutaría con una colección de relatos, El olvidado (1925), para, once años después, justo cuando en España estallaba la guerra civil, estrenar su primera obra dramática, El emperador Miguel.

De forma paralela a su desarrollo narrativo y creativo, en el Teatro Nacional helénico iría desempeñando numerosos y responsables cargos, como director artístico, director general o director de la Escuela de Interpretación. Mientras de esta manera se ganaba muy dignamente la vida iban apareciendo sus novelas: Prisioneros, La ciudad violeta, El crepúsculo de los hombres, Sin dios, Vida secreta, La novela de los cuatro y, por supuesto este Viaje con Venus que ahora nos deleita gracias a los esfuerzos editoriales de Jesús Egido.

Si alguien me pidiera que le aproximara, de una manera muy general, al estilo literario de Terzakis, les diría que me ha recordado a Pavese.

Ciertas similitudes en su manera de concebir el paisaje urbano y rural y la construcción de los personajes adolescentes, así como de amplificar, casi con una expresionista lupa, aquellos episodios en los que la juventud se deshoja en la ansiedad, en el amor y el sexo me han invitado a unirles en un punto de confluencia de la literatura realista de entre guerras.

Personajes desnudos, en ambos casos, inermes ante su propia explosión de vitalidad, que se enfrentan por primera vez a escenas saturadas de pasión, entre el deseo y la fuerza, entre el bien y el mal.

Amores adolescentes, teñidos de matices y dudas, en los que los primeros besos son como, en una bella metáfora de Terzakis, "flores con pétalos de carne, aterciopelados, que sorben los labios como un sueño".

Todo ello en un clima mediterráneo, donde parece oírse el rumor del viento en los árboles y el canto de los insectos.

Y con una frase que oficia como un epitafio: "Cuando te llegue el momento de amar, sabrás qué es la humillación", dirá uno de los jóvenes protagonistas de este extraordinario Viaje con Venus.

Escritor y periodista