Con el asunto del macrorrecrecimiento de Yesa danzando por los juzgados, con el PHN amenazando trasvasar el Ebro, con el país entero sumido en la más desgraciada confusión hidrológica, los intentos de expropiar las tierras de Artieda nos devuelven a la infausta época en que los pueblos aragoneses eran inundados a la sombra de los tricornios. Sólo que ahora los vecinos afectados se atreven a ofrecer resistencia... y no están solos en ello. Sobre el recrecimiento de Yesa se puede tener una u otra opinión. Pero la forma y el momento en que la CHE quiere ocupar las tierras de Artieda son inaceptables. Este asunto requiere diálogo, negociación y consenso. ¿Que es complicado? Por supuesto. Mas es la única forma de hacer bien las cosas. Y recuérdese que si el ya trasnochado e incumplido Pacto del Agua incluye la polémica obra, también reconoce expresamente la voluntad de no inundar núcleos habitados. Vaya lo uno por lo otro.