La firma de John W. Dower ofrece pocas dudas acerca de su solvencia e integridad intelectual. Este historiador norteamericano ha obtenido a lo largo de su dilatada carrera algunos de los más prestigiosos premios, el Pulitzer, el National Book Award, el Bancroft... En El violento siglo americano, ensayo suyo recién publicado por la editorial Crítica, Dower se centra en las guerras y conflictos bélicos protagonizados por Estados Unidos desde la II Guerra Mundial. A partir de la guerra de Corea, hasta la de Irak, sin dejar de analizar en profundidad el clima de enfrentamiento latente durante la guerra fría ni las numerosas guerras sucias orquestadas y libradas por el coloso del norte en los llamados patios trasteros de América del Sur.

Dower, que asimismo es catedrático emérito de Historia en el MIT (el legendatio Massachussets Institute of Tecnology) aporta numerosos datos para probar que USA ha sido y sigue siendo una gigantesca potencia militar, sin parangón ni rival en el mundo. Desde 1996, la misión sostenida del Pentágono se centra en «mantener un dominio de espectro completo», estando dispuesto su arsenal nuclear para un ataque global a cualquier blanco en cualquier momento.

Defensa ha admitido disponer de 4.855 «ubicaciones» (bases militares de distinta importancia) en 42 países. Muchas de ellas facilitan las «operaciones especiales» de la CIA, que incluyen asesinatos selectivos con armas no tripuladas. La administración Trump quiere invertir un billón de dólares en armas nucleares inteligentes, incluyendo bombarderos tripulados de largo alcance, submarinos nucleares y misiles balísticos intercontinentales.

Los riesgos de la manipulación constante de armamento nuclear no fueron conocidos hasta que el periodista Eric Schlosser reveló que se han producido cientos, seguramente miles de incidentes. Entre los más graves, el choque en 1966 en el espacio aéreo español de un B-52 USA que transportaba bombas de hidrógeno, una de las cuales cayó al mar cerca de Palomares, con riesgo de contaminar la zona con plutonio. En el clima de histeria de la guerra fría, los ataques nucleares no se desencadenaron de verdadero milagro...

Un ensayo esclarecedor, valiente y crítico sobre la primera potencia militar.