Es muy extraño. Hasta los socios del Gobierno de Aragón, el PAR, han recriminado el poco fruto de la visita del ministro Jordi Sevilla. Es alarmante. Hay que esperar unos días, a ver si llega alguna respuesta, a ver si pasa algo, una señal. En el Pignatelli deberían estar muy preocupados por la sensación que ha causado esta visita del ministro. Para decir vaguedades, generalidades y cosas sin ningún interés, es mejor que no se produzcan estos encuentros. Hasta los escolares de primaria se saben la lista de las reivindicaciones elementales de Aragón, las cifras de déficit de una Sanidad trasferida fraudulentamente, el Artículo 48 del Estatuto, toda esa monserga... Como tras la reciente visita del BIE la vicepresidenta se comprometió por escrito a que el Estado financie los gastos de la posible Expo, como mostró un apoyo enérgico a la candidatura (aunque no se puso la camiseta de ZH2O, que es tan cool), pues parece que ahora queda mal asombrarse por esta visita fantasma del señor Sevilla. Como parece que el aeropuerto va a recibir lo que le corresponde tras décadas de abandono, se abren débiles resquicios para pensar que las cosas están cambiando. Entonces, con estos prolegómenos, se puede mantener una cierta esperanza, ay, siempre bajo la losa de la estadística, que resulta demoledora. La ineptitud de los sucesivos gobernantes de Aragón, y/o la imposibilidad objetiva de hacer nada, nos hace desconfiar y recelar sistemáticamente, estadísticamente, científicamente. Al menos, hasta que veamos algo, un aeropuerto, un paso de verdad a Francia, una autovía en condiciones (y en tiempo), incluso el puñetero puente del que nadie habla. Como le dijo en Madrid a Labordeta una eufórica paisana de Fraga nada más producirse el vuelco electoral: "Ah, ¡No os fiís, no os fiís!".

Entonces, estamos en ese quicio de la realidad: entre las promesas que no acaban de plasmarse en presupuestos y los gestos, que son contradictorios. La visita de este ministro nos ha dejado un poco lelos. No sabemos si seguimos siendo tan tontos y sumisos como antes, como siempre, o si hay que esperar un poco más para confirmarlo. Otra visita sin cifras ni contenido sería demoledora. Se echa encima el verano y Zaragoza Alta Velocidad ha vuelto a desaparecer. El Gobierno de España ha de hacer algo por Aragón ya. Algo antes de la boda.

*Periodista y escritor