La Expo ha colapsado el tráfico, los bares, todo. Ya han subido los pisos a 100 kms a la redonda. Al subir la autoestima, sube el solar. Sube todo. La alegría. El imaginario. La belleza del gentío. Hasta los leones se despeluchan. Anoche se fraguaba un fiestón, ya todo un poco expo. Ya todo es diferente. Diferente a mejor. A mucho mejor. La tarde de los nervios dio paso a la noche más larga del siglo, pero menos que la de ayer. Y las que vendrán. La mañana del día siguiente la city ya estaba más esponjosa, como si se hubiera duchado tres veces, esperando esos aviones y esos seis o siete millones de personas, toda esa alegría.

Ayer, el Gobierno echó un fajo de billetes en el Consejo para acabar el cuarto cinturón, con un par. Eso para rematar la jugada, así de repente, en un viernes flipante, no estuvo mal. Viva el Gobierno y la Vicepresidenta que se lo ha currado. Viva todas y todos. Viva el alcalde y el anterior y viva Marcelino y el anterior (que era él) y todos los demás. Venga, camisetas sin parar, llaveros, bolis y abalorios. Viva el Delegado. Hay que renovar la chuchería estandar, el adoquín y todo lo demás. Qué días más bonitos. Qué buenrollismo universal. Hasta el arzobispo debe de estar contento. Ahora es difícil ponerse a pensar, hasta el lunes, cuando se baje un poco el adrenalismo (si es que se baja). El lunes habrá que darle al manubrio, al calendario y las prioridades. Este estrés de hacer bien la Expo (y sobre todo de no reñir) es un estrés mejor que el de aspirar a organizarla, es otra fase, y el éxito es acumulativo. Saber gestionar ese éxito es otro desafío, como no estamos acostumbrados a lo mejor nos pasamos de euforia y nos entra un egotrip: tampoco es malo disfrutar y pavonearse un poco, siempre que el subidón no se enquiste.

Ahora está todo por hacer, a medio soñar, pero la verdad es que han hecho tantas cosas bien, hay tanto apoyo y tanto entusiasmo, que sólo hay que seguir adelante, a todo meter, a todo trapo por el Ebro. A cenar sobre el Ebro. Y todo a lo grande, es decir, pensando en Aragón y en el mundo, no ombligarnos. Viva Murcia y Soria. Viva Barcelona y Ciudad Real. Viva Estadilla y Loporzano.

El lunes estarán puestas las pilas y tensado el gravitón, viva el litio y las mujeres. Viva la virgen del Pilar y el aeropuerto.

*Escritor y periodista