Según la Sociedad de Tasación, cuyos cálculos suelen ser particularmente precisos. Aragón ha sido una de las comunidades españolas donde más ha subido el precio de la vivienda nueva durante el año 2003, un 19,6 %, cuatro puntos por encima de la media nacional. La burbuja inmobiliaria sigue inflándose a ojos vista, con el suelo como factor principal de un encarecimiento que ha adquirido ya cotas escandalosas.

En los tres últimos años se han visado en Aragón más de cuarenta mil nuevas viviendas. En el mismo periodo de tiempo, en Zaragoza (capital y provincia) el ritmo de visado de pisos ha sido de casi diez mil por año. No cabe por ello pensar que la oferta no esté aumentando a un buen ritmo y más teniendo en cuenta el escaso incremento de la población. Sin embargo existen dos hándicaps que impiden el equilibrio espontáneo del mercado inmobiliario: de un lado, el control de las principales bolsas de suelo por parte de unas pocas sociedades; de otro, la escasez de vivienda protegida y social, cuya promoción empieza a ser reactivada lentamente tras varios años de haber quedado reducida a la mínima expresión. Ambos problemas deben ser resueltos si se quiere parar esta galopada insensata del precio de la vivienda.