Desde hace un par de años, los expertos en vivienda vienen pronosticando la caída de los precios. Parece que lo más que vamos a conseguir en 2004 es que se modere un poco el espectacular aumento. Para 2005, los pronósticos apuntan a una clara desaceleración. Estiman que la vivienda va a subir por debajo del 10% frente al 15% del 2004. En todo caso, la contratación de hipotecas no dejará de crecer, hasta un 20% apuntan que puede hacerlo. Estas perspectivas tienen su lógica, ya que la economía va a sufrir una clara desaceleración. Las previsiones más lógicas y sensatas apuntan a que el año que viene, el PIB aumentará un 2,5%, algo mayor de lo que se espera para la eurozona, pero bastante menos que lo de otros años. Y todo a pesar de la ministra de la Vivienda y a su no plan y, sobre todo, a pesar de sus vacías y preocupantes declaraciones. Desde que accedió al cargo, cada vez más claro que por cuota y no por méritos, y comenzó diciendo esas chorradas de las soluciones habitacionales no ha parado de intranquilizar al sector y a la población. De su famoso y desconocido plan para qué hablar. Ahora nos cuenta no sé qué de anualidades que empiezan y no se sabe ni cuándo, ni cómo, ni si acaban. Las cosas van a ir por donde tengan que ir a pesar de María Antonia Trujillo. En fin que el mercado se acoplará a la situación económica, más imprevisible en 2005, por los factores de riesgo que los economistas apuntan: el petróleo, el dólar y los riesgos geopolíticos. No habrá pinchazo de la famosa burbuja. La construcción seguirá siendo el pilar del crecimiento y más nos vale. El sector exterior, donde el Gobierno había basado sus esperanzas, se cae y no hay más repuestos. *Periodista