Unos cincuenta kilómetros al norte de Quito se levanta el edificio de Unasur, el sueño abortado del expresidente de Ecuador, Rafael Correa. Durante su década de gobierno, el correato soñó con establecer en su territorio la sede de un nuevo socialismo, el que los líderes de la izquierda centro y sudamericana, y bolivariana, vienen practicando a su manera (a la manera de Fidel y Raúl Castro, Hugo Chávez, Maduro, Ortega, Evo Morales o el propio Correa). Este último mandó erigir un fastuoso edificio frente a los Andes ecuatorianos, con un diseño vanguardista, junto al monumento de La Mitad del Mundo... Edificio que nunca llegaría a inaugurarse, como tampoco llegó a ponerse en marcha la alianza de Unisur, y que hoy, para escarmiento de unos y la crítica de la mayoría exhibe vacío su incipiente decrepitud y su amarga paradoja.

A medida que se recorre Ecuador, las opiniones sobre Rafael Correa y sus gobiernos van cambiando como el propio paisaje de este hermoso y desconocido país.

Las comunidades indígenas le están agradecidas. A los pies de los grandes volcanes, Chimborazo, Cotopaxi, Tangarahua, cacharis, quichuas o salasacas, entre otras muchas etnias andinas, recibían subsidios fijos de hasta doscientos dólares por familia al mes, estando el salario mínimo en Ecuador en torno a los cuatrocientos dólares (la moneda oficial, el sucre, fue dolarizada desde la crisis de 2000, y no les ha ido mal).

Otros ecuatorianos más urbanos y profesionalmente desarrollados acusan en cambio a Correa (actualmente refugiado en Bélgica) de haber causado a las arcas del país un desfalco de más de 70.000 millones de dólares. Hay jóvenes que le aplauden, al haber instaurado la sanidad pública y mejorado la educación; pero los taxistas que circulan por las renovadas carreteras del país le acusan de corrupción. Opiniones divididas, como también parece estarlo la propia sociedad ecuatoriana entre el populismo del correato y el creciente liberalismo económico hacia el que parece estar derivando su sucesor, el antaño revolucionario y hoy aburguesado Lenín Moreno, su actual presidente.

Revolución, involución: hablamos de Sudamérica.