Votar, o no votar, he ahí la cuestión. Dejen de pensar y actúen. No tanto con el corazón sino con la cabeza fría, como lo ha hecho Mr. Putin en Ucrania. No es mal jugador el ruso. De casta le viene al galgo. Y es que si algo hacía bien el KGB es adelantarse a las jugadas del contrario. Aplíquense el cuento. Olvídense de que las elecciones europeas son solo un ensayo de las municipales y generales. Son una oportunidad para castigar o premiar las decisiones adoptadas por ese gobierno conservador que lidera la UE. Son un voto de apoyo o de castigo a la labor de los partidos nacionales; son el ejercicio de un derecho conquistado, y por tanto, un deber cívico; son un paso más en ese proceso de construcción europea en el que estamos inmersos los españoles desde 1986, y que nos ha posibilitado desarrollarnos como país y como individuos; son el mecanismo que nos va a permitir decidir quién gobernará Europa y a determinar las políticas que se adopten en materias tan importantes como la cuestión fronteriza y la presión migratoria, la unión bancaria y fiscal, la garantía de depósitos bancarios, los derechos de los trabajadores desplazados- Sabemos lo que ha hecho un gobierno conservador como el de Durao Barroso: priorizar los intereses de los grandes lobbies financieros y económicos por encima de los de la ciudadanía europea. Además, hoy, el Parlamento tiene poder para elaborar los presupuestos y decidir las ayudas que se asignen. ¿Se van a quedar sentados y no votar?

Periodista y Profesora de universidad