Si el PP en Aragón saca los mismos resultados que en las elecciones del 2000 se puede dar por bendecido el trasvase. Si el PP gana las elecciones en Aragón, podemos dejar estar la monserga del agua y pasar a otro tema. Y si no pierde y se mantiene, también. Se puede valorar que el censo pondera muchos temas a la hora de votar, y que el asunto del agua no ha pesado más que el lote restante, los temas que sean. Pero si el lote completo es más importante que el asunto del PHN, quiere decirse que ya no hay que perder más el tiempo en ese tema, pues si desde dentro no se valora el trasvase a la hora de votar, lo demás es retórica, ganas de perder el tiempo. Las manifestaciones están muy bien, pero cuando de verdad se expresa la opinión, lo que en definitiva cuenta y va a misa, o a las Cortes, es el voto.

Se puede pensar que el electorado fiel al PP no deja de votarle por el trasvase porque el PSOE también ha sido trasvasista, y en parte aún existen dudas, ya que muestra bastante ambigüedad y hay que estar encima a todas horas para que no se despiste. Además, el PP era antitrasvase hasta que llegó al poder absoluto. Según este esquema, los partidos grandes no son muy de fiar a la hora de tratar asuntos relacionados con Aragón, sean de carreteras, agua o transferencias. No lo hacen a mala idea, sencillamente reflejan la distribución de la población y otros factores objetivos. Los líderes de esos partidos anteponen la obediencia a sus jefes a los objetivos de la comunidad. Así, se perdió la oportunidad de entrar en el objetivo 1 de financiación europea y la vía rápida al Estatuto de Autonomía.

Entonces se comprende que mucha gente piense que cambiar del PP al PSOE por el asunto del PHN resulta, como mínimo, una aventura dudosa. Si tan escamado estuviera el electorado por un trasvase lanzado a traición, en último extremo le bastaría con no votar al partido que lo impulsa. Luego quedan los pequeños aragoneses, PAR y CHA, que podrían recoger este voto de castigo por el asunto del agua. El PAR sería el beneficiado natural de la hemorragia del PP, pero ahora gobierna con el PSOE. Lo que está claro es que si Aragón mantiene el voto al PP = trasvase, hay que reconocer que hemos perdido esta batalla porque hemos querido. Habrá que reconocer que lo del PHN no nos interesaba tanto como parecía.

*Periodista y escritor