Tras las elecciones generales del 28-A y el triunfo socialista la escritora Julia Navarro escribió un artículo muy acertado. Creo que se titulaba Votos prestados, en referencia a que el PSOE había recibido en esta convocatoria muchos votos de izquierda no militante socialista para parar a la ultraderecha que poco a poco parece despertar en España. Venía a decir: ¡Ojo! señor Sánchez, que muchos le hemos prestado los votos para un propósito. Y si no cumple nos los devolverá en forma de abstención.

Es lo mismo que gritaba la gente congregada en Ferraz cuando el presidente salió pletórico al entarimado a saludar: «¡Con Rivera no!». «¡Con Rivera no!». No se entienden pues tantas dudas, dilaciones, negociaciones y reuniones baldías para conformar gobiernos cediendo cada parte lo que tenga que ceder. Lo importante es lo que quiere una gran mayoría del pueblo español y así lo ha dicho en las urnas. Los intereses de partido son secundarios en esta historia de los pactos para sacar un gobierno adelante.

Sánchez e Iglesias deberían entenderse, a pesar de ellos mismos y de sus inflamados egos. A pesar de las presiones del Ibex 35 al presidente en funciones para que cierre el Gobierno con Ciudadanos; porque tienen terror a perder un ápice de sus abultados y vergonzosos beneficios. El poder financiero quiere lo de siempre: que los pocos ricos, ricos, ganen cada vez más dinero, y que la inmensa mayoría de la clase media de este país se empobrezca cada día más, aguante la situación y sostenga al país.

En Aragón, ya tardamos demasiado en definir el gobierno autonómico. El PAR de Arturo Aliaga no puede hacer ascos a Unidas Podemos, porque si es listo le conviene borrar el recuerdo de la infame fotografía de Colón (todos juntos y apretadas las filas con PP, Cs y Vox). Nacho Escartín debe dejarse de tonterías con la tremenda pérdida de votos que han cosechado en Aragón y negociar con el PSOE sin orgullo herido y con ánimo constructivo para impedir que Javier Lambán caiga en los romances tentadores de Ciudadanos (aunque le gusten). Los aragoneses ya tenemos bastante con el Ayuntamiento de Zaragoza en manos de la derecha como para completar el reparto de cromos repetidos. También aquí hubo muchos votos prestados al PSOE para lograr gobiernos progresistas; así que se apliquen el cuento. Aragón no puede seguir sin presupuestos que ejecutar y con deudas y facturas sin pagar. Cuanto antes se pongan a trabajar mejor para todos.

Siempre he mantenido que tenemos como referente a Portugal, el país de moda en muchos campos, y en la política sin duda alguna. El llamado Milagro portugués superó la crisis sin renunciar a los mínimos del Estado de Bienestar, con una alianza de izquierdas en el Gobierno. Algo que para muchos parecía imposible. Ahora es un atractivo para los inversores extranjeros e inicia el camino de la desaceleración. Y tienen una de las tasas de desempleo de las más bajas de la Unión Europea. Miremos hacia el Oeste y copiemos a nuestros sabios vecinos.

*Periodista y escritora