La compañía aérea irlandesa Ryanair ultima un acuerdo con el Ayuntamiento de Zaragoza y el Gobierno de Aragón para abrir una línea directa con Londres que comenzará a operar el próximo septiembre. Curiosamente, las tantas veces criticadas características del aeropuerto de Zaragoza son la mejor carta de presentación para integrar a esta denostada y reducida infraestructura en el círculo de los denominados vuelos baratos, un fenómeno aéreo que abre una interesante expectativa para la ciudad. Los ejemplos más cercanos, Gerona y Reus, son un buen referente para que las dos instituciones aragonesas hayan decidido contribuir económicamente a sacar adelante este apetecible proyecto.

El año pasado, y a pesar de la crisis aérea producida tras el 11-S, las aerolíneas baratas crecieron más del 30% gracias a su agresiva oferta, lo que las ha convertido en la principal amenaza para las aerolíneas de primera. El resultado de esta nueva tendencia del transporte, un servicio sin lujos pero puntual y eficaz, es digno de tener en cuenta: el aeropuerto de Gerona experimentó el año pasado un crecimiento del 160% de pasajeros respecto al año anterior, y sólo en hostelería ha generado un impresionante negocio.