El Salud tuvo que abrir la tercera planta del hospital Miguel Servet de Zaragoza cuando la gripe A colapsaba los servicios de Urgencias. Pasada la cresta de la epidemia ha decidido cerrar la mitad de ese espacio sanitario "por mera gestión y reducir así el coste económico". La eterna cantinela. Poco importa, al parecer, la saturación habitual de las urgencias y el aumento del volumen de las listas de espera. Tampoco debe de valorarse, por lo visto, la oportunidad de derivar pacientes a planta mientras puedan aguantar por los pasillos. Gestionar bien, sí, pero sin perder la calidad, ya deteriorada.