Parece que los líderes políticos no confían en convencer a los electores sino mediante el miedo. El PSOE utilizó un doberman en un spot televisivo para simbolizar las bajas pasiones de la derecha. Y nuestro héroe era Felipe González que nos libraba de la bestia. Muy sutil. Ahora le toca ejercer la amenaza y provocar el miedo al PP. El remake es la ruptura de España; un argumento que en la filmografía de nuestra memoria histórica está lleno de películas de terror.

José Luis Rodríguez Zapatero, que es ahora a quien le toca desdibujar el doberman de turno, ha dado un paso al frente y ha elevado la apuesta: sólo gobernará si saca más votos que su oponente. El PSOE no se aliará con las fuerzas nacionalistas del mal para quitarle la victoria al Partido Popular.

Todo este asunto, aparte de sumamente inmoral, como lo fue el doberman socialista, es muy peligroso, porque el recuerdo de las épocas en las que la unidad de España era un elixir para el asalto de trincheras está demasiado cerca como para tomarlo a broma. Lo mejor sería encerrar al doberman y buscar un perro más entrañable para que nos haga compañía.

*Periodista