Frente a la información municipal que aseguraba en un comunicado lo contrario, las filas para cambiar el bonobús volvieron a ocupar las calles del centro de Zaragoza. La ampliación de la plantilla por parte de TUZSA redujo el tiempo de espera, pero con eso y con todo 15.000 usuarios tuvieron que hacer largos turnos ayer para resolver un trámite de devoluciones y descuentos que aún no se explica muy bien por qué no puede hacerse en los mismos lugares donde se compra el bonobús. Si la imposibilidad de hacerlo en aquellos establecimientos que dispensan los bonos por toda la ciudad es tan manifiesta, ¿no podría TUZSA establecer ventanillas en los distintos barrios para que todos los usuarios, forzosamente, no tengan que desplazarse hasta el centro? Para la inmensa mayoría de los usuarios, el tiempo de espera en la calle no sirve de gusto, y para muchos es prácticamente obligado canjear los viejos bonos para poder comprar los nuevos.