Afinales del mes pasado, un diario madrileño publicó un amplio informe en el que se ponía en solfa el calentamiento global, o más bien se le daba la vuelta para negar su importancia, definirlo como una invención destinada a convertirse en negocio y desvincularlo de las emisiones de CO2. Lógico, porque esas son las tesis de la actual Administración norteamericana y de grupos de presión negacionistas (todavía poderosos) para oponerse a cualquier medida destinada a frenar la contaminación por gases de efecto invernadero y transformar de una vez el modelo energético. Existen textos, supuestos estudios y documentales dirigidos a crear dudas al respecto, desprestigiar al movimiento ecologista y difundir noticias falsas según las cuales la comunidad científica no avala la tesis de un cambio climático provocado por la acción humana.

Por fortuna, los expertos en este tema aseguran que, digan lo que digan quienes se aferran al viejo modelo energético basado en el consumo de combustibles fósiles (con la fisión nuclear como complemento supuestamente limpio), los agentes financieros y las grandes empresas están buscando ya alternativas, y las han encontrado en las renovables. La desinversión en todo el complejo empresarial vinculado a las energías contaminantes es la mayor que ha conocido jamás la economía global. Pese a todo, me temo que todavía existen demasiados intereses contrarios a una acción enérgica contra la emisión de CO2. Aquí, en Aragón, tenemos una emisora muy importante de dicho gas (la térmica de Andorra) y no hay manera de fijar y organizar su cierre definitivo.

Estos días pasados salías a la calle y experimentabas no solo la molestia de un calor sofocante e inusual (¡y este verano, que parecía ser medio normal!) sino el miedo a un futuro con julios y agostos... ¿a 50 grados? Córdoba y otras capitales andaluzas ya baten récords con temperaturas de 48 grados centígrados. Así que no estamos tan lejos. Por eso, ya me perdonarán, no puedo soportar a los negacionistas. El calor me tiene frito. Y la burricie, harto.