He entrado en la web de Zaragoza en Bici para entender qué es eso que proponen ahora del nuevo carril bici que sube desde plaza Paraíso hasta paseo Cuéllar. Está muy bien explicado, y lo que he entendido es lo siguiente: dicho carril va a quitar espacio a los peatones en una parte del boulevard de Sagasta y, sobre todo, va a eliminar el tráfico de vehículos que no sean residentes (o sea, casi todos) en el tramo a la altura de la CHE. Llegados a este punto, no doy crédito. Durante los años que lleva este gobierno municipal en el poder, he llegado a dudar de para quién gobiernan: si exclusivamente para su parroquia, o para todos los zaragozanos. Apoyo la circulación de las bicis, faltaría más. Al fin y al cabo, tengo hijos a los que quiero dejarles un planeta en condiciones habitables. Pero no todos tenemos edad, forma física o ganas de ir en bici en nuestros desplazamientos urbanos. ¿Por qué no fomentar la educación vial, que los automovilistas interioricen que tienen que compartir la calzada con los ciclistas? ¿Por qué empeñarse en morder espacio a las otras formas de circular que existen en la ciudad, como el coche, y en las zonas más sensibles de Zaragoza? Las encuestas que leo dicen que la ciudadanía está mayoritariamente en contra de este carril. ¿Otra vez nos vamos a encontrar con la obra hecha? Ya está bien, oigan. Que yo también vivo aquí y no soy menos ciudadana por no desplazarme a golpe de pedal. Y los demás partidos, ¿qué? Porque para tener 9 concejales, Zaragoza en Común hace y deshace como le da la gana.

*Periodista