El concejal Alberto Cubero solo tiene una manera de resolver el conflicto del 010: volver a adjudicarlo con una fórmula de compromiso para que la empresa se haga cargo de las empleadas. Tiene razón la oposición cuando acusa al edil de ZeC de utilizarlas como rehenes y dejarlas en un limbo. En este episodio la responsabilidad no es de ninguna jueza. Lo sucedido era previsible, de modo que por más que Cubero haya conseguido victimizarse para alborozo de su simpatizantes, ha generado un problema en el servicio de atención telefónica, aparte de sembrar desconfianza ante eventuales internalizaciones. Dicho en expresión aragonesa: vaya chandrío ha montado usted con el 010. Todo un Zancocho en Común