Hacía años que un jugador no despertaba tanto furor en el zaragocismo como la presentación ayer del japonés Kagawa. Y el nipón, aun sin saber español, supo responder a la afición con lo que esta desea oír desde hace siete años: volver a Primera. Su llegada ha generado grandes expectativas, en el campo y para las arcas del club, solo hace falta que se cumplan.