A nadie se nos escapa el salto cualitativo que nuestra ciudad ha dado en materia de movilidad en los últimos años. Para la FABZ y el asociacionismo vecinal, sin duda entre los avances conseguidos destacan la implantación de la bicicleta y de la línea 1 del tranvía, ambos fundamentales para conseguir una ciudad más amable para vecinas y vecinos, más sostenible medioambientalmente, más accesible,….., en definitiva, una ciudad mejor.

Dicho esto, debemos denunciar la inexistente acción en materia de peatonalizaciones en la última década, un tema de vital trascendencia para la FABZ, más en estas fechas en las que estamos actualizando el conocido PMUS, Plan de Movilidad Urbana Sostenible, no solo para que se recoja sobre el papel -como ya hizo su antecesor ahora en revisión, y que entonces respondía a las signas PIT, Plan Intermodal de Transportes de Zaragoza- sino para que se establezcan medidas encaminadas a conseguir esas anheladas peatonalizaciones.

Ya en aquel plan se concebía íntegramente todo el territorio nuclear del Casco Histórico en la margen derecha como una zona peatonal, como un área de circulación restringida, con acceso sólo para residentes, transporte público, carga y descarga; hablamos del polígono delimitado por el paseo Echegaray y Caballero, el Coso y César Augusto. Y no es hablar por hablar, ni pedir imposibles, piensen en ello. En aquél PIT se recogían esta filosofía de ciudad, circunscribiéndonos a la zona puramente urbana, en tres programas diferenciados: primero, de restricción de acceso a las zonas del centro urbano. Segundo, de creación de áreas ambientales (zonas 30). Y tercero, de implantación de itinerarios peatonales.

En el primer programa seguimos contando con un nivel de peatonalización prácticamente idéntico al que ya se había impulsado con anterioridad desde el Plan Integral del Casco Histórico, salvo los avances conseguidos por la implantación de la L1 del tranvía. Los bolardos, ya tan habituales en otras ciudades, en Zaragoza son una rara avis, lo que supone que no se cierra físicamente ningún espacio para obligar a cumplir la norma de que sólo pueden entrar vehículos de residentes y carga o descarga; se puede seguir aparcando en el centro seas residente o no; no se ha avanzado en la ampliación de la urbanización peatonal. Ninguna nueva actuación de calado desde entonces, y por supuesto, ninguna nueva peatonalización dentro del mismo.

En cuanto al segundo, se ha avanzado de forma desigual en las 6 zonas propuestas del distrito Centro (San Miguel, San Pablo, plaza Los Sitios, León XIII, plaza del Carmen Centro-Madre Sacramento) donde la circulación peatonal es mayor y se proponía prolongar los itinerarios peatonales mejorando aceras e intersecciones de cruces, ampliando el espacio peatonal, reordenando sentidos del tráfico, reduciendo velocidad, aumentando plazas de residentes en aparcamientos públicos, etc. De nuevo ha sido la implantación de los carriles bici y del tranvía lo que ha posibilitado los pocos avances que se han logrado.

Y respecto al tercero, la implantación de itinerarios peatonales, se planteaba el acceso desde los barrios al centro con una red de más de 21 kms. y 150 cruces, donde se reducirían calzadas a atravesar, se daría prioridad semafórica a las personas que van a pie, incrementando el tiempo del verde peatonal, y se ampliarían anchuras de cruce (3/3,5 metros). Salvo actuaciones concretas, dichos corredores no se han realizado y han caído en el olvido. No se nos escapa que en ocasiones no es popular poner en marcha medidas como las peatonalizaciones, y que en ocasiones incluso es preciso enfrentarse a la oposición frontal de propietarios y comerciantes que acaban siendo quienes más se benefician s de las mismas. Aún recordamos en el centro casos como la calle Alfonso y la plaza del Pilar, o en barrios la calle Delicias. A las personas más jóvenes, hasta que no les enseñas una foto no se creen cómo eran antes.

Sí se ha conseguido reducir los niveles de contaminación en la ciudad, fundamentalmente con la puesta en marcha del tranvía y el desarrollo de la movilidad ciclista. Pero no podemos renunciar a seguir avanzando hacia la ciudad que deseamos, y que lamentablemente en el tema de las peatonalizaciones se está quedando a la cola de otras ciudades españolas, europeas o mundiales.

Peatonalizar calles, devolver a quienes van andando por avenidas y paseos preferentemente utilizados todavía hoy por la circulación viaria, son intervenciones absolutamente necesarias en este momento. Sin olvidar otras como regenerar zonas degradadas y abandonadas, renovar el diseño urbano para conseguir unas calles y una ciudad amables, dotar de equipamientos públicos y comerciales de proximidad de alta calidad urbanística a los distintos barrios de la ciudad…

Acabaré con una referencia a la famosa periodista y urbanista Jane Jacobs, hoy la presentaríamos como activista, que luchó por mejorar Nueva York, ciudad en la que vivió, pero que podríamos aplicar a nuestra Zaragoza medio siglo después: «Las calles y sus aceras, los principales lugares públicos de una ciudad, son sus órganos más vitales. ¿Qué es lo primero que nos viene a la mente al pensar en una ciudad? Sus calles. Cuando las calles de una ciudad ofrecen interés, la ciudad entera ofrece interés; cuando presentan un aspecto triste, toda la ciudad parece triste».

*Presidenta de la Federación de Asociaciones de Barrios de Zaragoza (FABZ)