Los 20 kilómetros de carriles-bici con que cuenta Zaragoza podrían ser una buena infraestructura viaria si formaran parte de una red radial que uniera el centro con los barrios. Pero no, estos carriles están desconectados y acceder de uno a otro es jugarse el tipo en una ciudad en la que los conductores no respetan especialmente a los ciclistas. No obstante, los 9.000 zaragozanos que utilizan este medio de transporte empiezan a tener peso, y el área de Movilidad Urbana diseña nuevos trazados en la ciudad consolidada y en los nuevos barrios. A ver si en un futuro cercano se puede recorrer la ciudad sin bajar de la bici.