El corazón del vino aragonés, y en particular de Cariñena, palpita sobre el Grupo Bodegas San Valero. La cooperativa, conformada por las propia bodegas, la cooperativa original inscrita en la DO Cariñena, y por las Bodegas Gran Ducay, inscrita en la DO Cava, celebra este 2019 su 75 cumpleaños siendo fiel a la tradición sin olvidar las nuevas investigaciones en I+D+i en el sector vinícola. «Nuestra filosofía se basa en hacer los mejores vinos que seamos capaces de elaborar. Queremos ser un agente destacado en los mercados nacionales e internacionales. Asimismo, tenemos por bandera la innovación, la tradición y la apuesta por la calidad en nuestros productos», afirma el presidente del Grupo BSV, José Antonio Ruiz.

Lo que comenzó en 1944 con 66 agricultores que decidieron unir esfuerzos para conformar una cooperativa ha desembocado en una entidad con más de 700 profesionales de la vid y el vino. Del vino a granel al embotellado en 1962, su apuesta por el cava con la constitución de Bodegas Gran Ducay en 1984, la introducción de la vendimia seleccionada en el 2014 o la adquisición de Tierra de Cubas en el 2016 son muestras de la trayectoria ascendente de una empresa que representa cerca del 27% de todo el vino que sale con el certificado de calidad de Cariñena. «La tierra de Cariñena tiene todos los factores para que la vid ofrezca lo mejor de sí cada año. Pero además de ello, la localidad tiene una capacidad humana inmensa. Por todo ello sus vinos son especiales», expresa Ruiz.

RECONOCIMIENTOS

Embajadores de la uva garnacha y la uva cariñena, sus vinos y cavas están presentes en más de 25 países. Comercializan más de ocho millones de litros al año de 45 marcas diferentes. A estas magníficas cifras se suman las de sus premios. Más de 250 medallas reposan en su vitrina personal, obtenidas en concursos del sector vinícola. En este 2019, siete vinos de Bodegas San Valero lograron seis oros y una plata en el Berliner Wein Trophy. Asimismo, en el certamen Mundos Vini, se alzaron con cuatro medallas de Oro y el Gran Oro, que recayó en Legado de Gala Placidia, uno de los tres mejores vinos de España.

«A nosotros la medalla nos influye mucho en la venta y, a la hora de la imagen, nos ayuda a reforzar nuestra apuesta por la calidad», indica el responsable de márketing de la entidad, Javier Domeque. Ahora, el Premio Aragonés del Año puede rubricar aún más este camino exitoso: «No nos lo esperábamos, pero la candidatura ha llegado en un momento muy especial. Esperamos poder ser Aragoneses del año», concluye Domeque.