La Fundación La Caridad lleva más de 120 años repartiendo ayuda a los colectivos más desfavorecidos en la capital aragonesa: infancia, personas mayores y en riesgo de exclusión social. Así, ser candidato en la categoría de valores humanos en los Premios Aragoneses del Año 2019 significa para ellos «un reconocimiento a la labor dilatada en este tiempo», apunta el director, Daniel Gimeno.

La entidad lleva más de un siglo luchando por una sociedad justa, inclusiva y próspera. Su nacimiento se produjo por «una necesidad de la propia ciudad», reconoce Gimeno. A finales del siglo XIX, Zaragoza vivía un periodo de crecimiento fruto de la inmigración campesina a la urbe. En 1898, la mendicidad reinaba en las puertas de las iglesias y las esquinas de las calles. Ante ello, el 14 de julio de ese mismo año, el alcalde Francisco Cantín y Gamboa decidió poner la primera piedra para paliar «el hambre de la ciudad» y «erradicar definitivamente la mendicidad de Zaragoza» con la fundación de la entidad.

FIELES A SU FILOSOFÍA

Con el paso de los años, ha modernizado sus instalaciones, programas y proyectos, pero siempre se ha mantenido fiel a su filosofía, que no es otra que «la realización, de forma directa o concertada, de programas que faciliten el pleno desarrollo social de las personas y de los grupos con dificultades para su plena participación social, así como cualquier otro grupo social al que, previo acuerdo del Patronato, se considere oportuno atender, concertando programas para el desarrollo de actividades de asistencia, prevención, rehabilitación, reinserción, integración sociolaboral y formación o asumiendo directamente estas funciones», sostienen. Actualmente, la crisis económica ha hecho que su trabajo se multiplique, llegando a atender a mil personas a diario. «Ha traído más carga de trabajo, las necesidades han sido mayores y las pobreza se ha cronificado», afirma el director de la entidad. Por el camino quedan cenas y carreras solidarias, la construcción de un nuevo edificio interno y muchos premios.

Durante el último trimestre del 2018 recibieron el Primer Premio Escuelas de Secundaria en la III Edición Premios Fundación DOMUSVI, el premio José Antonio Labordeta por su trayectoria en la XVII de los Premios Ebrópolis a las Buenas Prácticas y el Premio Solidaridad San Ivo, competencia del Real e Ilustre Colegio de Abogados. Más allá de los galardones lo más importante es «ver que damos a la gente una luz en el camino. Es un aprendizaje continuo. Son personas al límite que saben darte lecciones de vida», finaliza Gimeno.