¿Fútbol o atletismo? ¿Atletismo o fútbol? ¿Y por qué no los dos? Eso es lo que debió pensar Salma Paralluelo cuando decidió hacer de su pasión por este par de deportes una forma de vida. La apodada como niña prodigio puede presumir de ser campeona del mundo sub-17 de fútbol femenino, haber logrado el bronce en los Nacionales absolutos bajo techo y haber participado en los Campeonatos Europeos indoor celebrados en Glasgow. Su edad: 15 años; toda una hazaña para una deportista con un talento innato que disfruta de sus modalidades deportivas sin de momento decantarse por ninguna.

Así, el futuro del atletismo reside en los pies de esta corredora de pelo trenzado, guardando cierto parecido con la mundialista Allyson Félix, y de gran madurez, no solo física sino también mental. En febrero se hizo con el bronce en la final de 400 metros del campeonato de España de atletismo bajo techo. Con una marca de 53,83, batió el récord de España sub-18 en pista cubierta y consiguió la mínima para competir en el Campeonato Europeo de Glasgow, celebrado el pasado marzo. «El bronce en el campeonato de España es lo que más me llenó, pero la experiencia que viví en el Europeo, aunque la carrera me saliese mal, la disfruté muchísimo. Jamás pensé que podría haber estado allí», reconoce la atleta del Alcampo Scorpio.

Esos éxitos y el talento que derrocha recorriendo veloz la pista también se aprecia en el fútbol, su segunda disciplina. En su apretada agenda, Salma también tiene que calzarse las botas para competir con su club, el Zaragoza Club Femenino. Las cualidades y la polivalencia que atesora -ya que puede jugar como lateral, interior o extremo«- fueron una de las piezas para que la selección española sub-17 consiguiera el mundial tras vencer a México en la final.

UN ESFUERZO DIARIO

Más allá de la práctica de las dos disciplinas, Salma también corre una tercera carrera, la de sus estudios. La doble deportista de élite cursa cuarto de ESO en Zaragoza y el hecho de compaginar carreras y partidos con las clases desencadena en momentos duros. «Hay mucho estrés detrás, con los exámenes y las competiciones, me intento apoyar en mis compañeros, preguntando a los profesores en los recreos». Ahora su mochila va cargada de apuntes, libros, ropa deportiva, pero también de mucha ilusión por todo lo que le viene por delante.

Con las miras puestas en la selección, el posible ascenso del Zaragoza FC a la Liga Iberdrola y en la temporada de atletismo al aire libre, centrándose en los 400 vallas, con la candidatura a los Premios Aragoneses del Año se siente «muy contenta, más si es de mi comunidad autónoma. Siempre se reciben con los brazos abiertos. La verdad que no sé quién podrá hacerse con el premio, esperemos a ver qué pasa», sentencia esta prodigio del fútbol y el atletismo.