La elaboración de vino cuenta con una larga tradición en Aragón, cuyos caldos gozan de fama internacional por su calidad y diversidad, y cuentan con varias figuras de calidad diferenciada. Actualmente existen en el territorio aragonés cuatro denominaciones de origen protegidas: Calatayud, Campo de Borja, Cariñena y Somontano, y un Vino de Pago, un tipo de denominación de origen que garantiza la procedencia de la uva de un paraje o sitio rural con un microclima particular, que ostenta la bodega Pago de Aylés, ubicada en Mezalocha, provincia de Zaragoza.

A estas demarcaciones hay que sumar las cinco zonas de Vinos de la Tierra con Indicación Geográfica Protegida (IGP): Valdejalón, Valle de Cinca, Bajo Aragón, Ribera del Gállego-Cinco Villas y Ribera del Jiloca, y una sexta IGP supra autonómica: Ribera del Queiles. Además, la comunidad autónoma también está adscrita a la DO Cava y alberga a varios bodegueros con proyectos singulares que elaboran vinos con marca propia.

DO Calatayud

Aragón, tierra de vinos. DO Calatayud.

Calatayud es una de las zonas vitícolas de mayor altitud de España, con viñedos centenarios en condiciones naturales extremas, muy propicios para la elaboración de unos vinos de excelente calidad y fama internacional. La variedad predominante en la DOP es la uva Garnacha tinta, su mayor patrimonio. Destacan los tintos muy afrutados y minerales, con un paso por barrica que los hace más complejos. Son vinos muy equilibrados con una marcada personalidad que los diferencia de los vinos de Garnacha de otras zonas. En cuanto a las variedades blancas, se utilizan Macabeo, Garnacha blanca y Chardonnay. También se elaboran deliciosos rosados.

DO Cariñena

Aragón, tierra de vinos. DO Cariñena.

En este territorio plagado de viñedos desde tiempos remotos, que forman un paisaje con una gran variedad de olores y colores, las piedras están presentes en los terrenos donde se cultiva la uva. De ahí que los caldos del territorio se promocionen con el lema ‘El vino de las piedras’. El resultado de este terreno abrupto son unos vinos incomparables. Las 35 bodegas que integran la DOP, la más antigua de Aragón y una de las más veteranas de España, ofrecen unos caldos modernos que siguen en continua evolución y mejora con la introducción de nuevas variedades, como Verdejo y Sauvignon Blanc en el 2019. La Garnacha tinta autóctona es la reina con el 27% de la producción, sin olvidar otra variedad unida a la DOP desde su origen: la Cariñena. Es la única denominación en el mundo que da nombre a una variedad, que se utiliza para elaborar sorprendentes varietales.

DO Campo de Borja

Aragón, tierra de vinos. DO Campo de Borja.

Bodegas en cerro y viñedos conforman el paisaje de esta zona vitívinicola conocida como Imperio de la Garnacha, por ser esta la variedad predominante en los caldos de la DOP. Cuenta con 18 bodegas y atesora entre sus caldos auténticas joyas en las que la variedad Garnacha alcanza todo su esplendor. Vinos tintos monovarietales que gozan de gran prestigio en todo el mundo por su personalidad, calidad y complejidad. Los vinos blancos elaborados con Macabeo y Chardonnay son ligeros, frescos y de aroma delicado. Los rosados, nacidos mayoritariamente de la Garnacha, son vinos muy afrutados con aromas florales.

DO Somontano

Aragón, tierra de vinos. DO Somontano.

A los pies del Pirineo, la DOP Somontano ha sabido ganarse en sus 35 años de historia una excelente reputación, siendo reconocida hoy como una zona ejemplar en la elaboración de vino de alto nivel. Cada uno de sus caldos recoge la tradición y experiencia de una comarca de clima fuerte, donde variedades como Gewürztraminer y Chardonnay han encontrado el mejor sitio, sin perder de vista las autóctonas que son su valor más preciado. Los vinos del Somontano destacan por su carácter aromático afrutado, y su agradable y equilibrado gusto. Vinos versátiles entre los que hay uno para cada momento y ocasión. Actualmente, la DO cuenta con una amplia gama de vinos blancos, rosados y tintos, pero también comercializa dos espumosos y un vino dulce.

DO Pago de Aylés

Aragón, tierra de vinos. Pago de Aylés.

La finca Pago de Aylés, en Mezalocha, no es solo una bodega, sino un territorio bien definido en el que naturaleza y vino conviven de una manera especial. Es sin duda un auténtico pago con características propias que lo diferencian y lo distinguen de otras zonas del entorno. La apuesta decidida por la calidad total de la familia Ramón Reula ha llevado a esta bodega a elaborar el primer Vino de Pago de Aragón, el décimo en España en obtener este prestigioso y exclusivo apelativo. Actualmente se elaboran 120.000 botellas bajo el amparo de esta denominación. Además de sus conocidos vinos a-y-l-é-s 3 de Tresmil, este año ha salido al mercado su nueva colección de Vinos de Parcela, compuesta por el Senda de Leñadores y Cuesta del Herrero, ampliando su gama de vinos de Pago.

Vinos de la Tierra

Aragón, tierra de vinos. Vinos de la Tierra.

Aragón cuenta con cinco zonas productoras de Vinos de la Tierra con IGP: Bajo Aragón, Ribera del Gállego-Cinco Villas, Ribera del Jiloca, Valle del Cinca y Valdejalón. Todas ellas están agrupadas en una asociación que representa a diez bodegas de la comunidad autónoma. En estas se elaboran unos vinos diferentes que destacan por su calidad y por el esfuerzo y dedicación de los viticultores. Además, Aragón comparte con Navarra la IGP Ribera del Queiles. Estas zonas se distribuyen por todo Aragón en localidades en las que la viticultura ha sido tradicionalmente una forma de vida. Ocupan en conjunto unas 4.500 hectáreas, lo que supone el 13% de la superficie de cultivo de viñedo en la comunidad autónoma.

DOP Cava

Aragón, tierra de vinos. DOP Cava.

La DOP Cava es una denominación de origen que abarca el territorio de varias comunidades. En diferentes lugares de Zaragoza existe la tradición de elaborar vinos espumosos siguiendo el llamado método de ‘champenoise’. Cuando la Unión Europea reconoció y protegió la especialidad de estos vinos en 1986 se incluyeron en la zona de la DOP Cava los municipios de Ainzón y Cariñena de la provincia de Zaragoza, y como excepción fuera de esta zona geográfica para la elaboración de cava, la Bodega Langa Hermanos de Calatayud. El sello de esta DOP garantiza que estos espumosos se han elaborado siguiendo el método tradicional, y que la segunda fermentación del vino base ha tenido lugar en la propia botella, con un periodo mínimo de nueve meses.