—La adaptación al ritmo del alumno, ni deberes ni exámenes son características de los sistemas nórdicos y también del que se aplica en el Lycée français. ¿Qué otras características tiene su método pedagógico?

—Lo que nos caracteriza y nos destaca fundamentalmente es que la enseñanza está basada en el razonamiento y la experimentación. Todos los aprendizajes parten de una situación problema y se pide a los alumnos reflexión, análisis y sentido crítico a todas horas. En Ciencias, por ejemplo, manipulan, experimentan y comprueban las hipótesis que han formulado. En Matemáticas, verbalizan las estrategias de cálculo mental. Todo es pensar y entender lo que estamos haciendo y por qué lo estamos haciendo.

—¿Qué se consigue con esto?

—Se consigue básicamente un alumnado preparado para superar todo tipo de situaciones complejas a nivel personal y a nivel laboral en el futuro.

—¿Qué tipo de personas forman en el Molière?

—Es fácil contestar: uno de los ejes del proyecto de escuela es formar a ciudadanos reflexivos, comprometidos, empáticos y respetuosos, y con una visión internacional.

—¿Con qué herramientas se logra este objetivo?

—Se desarrolla a través de proyectos de todo tipo: literarios, deportivos, artísticos, cívicos... Por ejemplo, los proyectos solidarios fomentan la empatía y el compromiso social. La pedagogía de proyectos ayuda a tejer vínculos. Los aprendizajes no se quedan sueltos, se une el arte con la educación física, con las matemáticas y cobra sentido real. Los niños están motivados porque trabajan juntos, a veces para conseguir un objetivo. Ahora, con el proyecto europeo de arte en la ciudad, las clases de primaria han estudiado el arte mudéjar y acaban de terminar una obra de arte. Lo importante es que sean ellos los protagonistas de sus aprendizajes.

—¿Qué resultados avalan su método educativo?

—Los resultados son los alumnos que están trabajando para un mundo mejor en todo tipo de oficios y que vuelven al cole para dar charlas o apuntar a sus hijos. Además, pertenecemos a la Misión Laica Francesa, una red mundial que tiene 400.000 alumnos en 500 liceos en 137 países, que vela por el respeto de las exigencias del Ministerio de Educación francés.

—¿Qué ocurre si un alumno presenta problemas o dificultades a la hora de aprender?

—Nos adaptamos al nivel de los alumnos en cada competencia. Empleamos la evaluación positiva; valoramos lo que el alumno sabe hacer y no lo que no sabe hacer. Así, cada uno avanza a su ritmo. No hay notas, no hay suspensos. Hay comentarios, diálogo y un compromiso de los docentes incomparable, que reciben a las familias las veces que hagan falta y que se vuelcan en el éxito de los alumnos.

—¿Cómo se trabaja la educación emocional en infantil?

—Desde infantil, los alumnos prenden a reconocer sus emociones, expresarlas y a regularlas. Desde el aula de 2 años se realizan planes de trabajo que fomentan la empatía, talleres con profesionales con cuenta cuentos y formación para profesores. Sabemos que es la clave para un buen desarrollo psicoafectivo.

—¿Y la autonomía?

—Desde los 4 años los alumnos viajan cada dos años más o menos, y a partir de los 5 van a Francia. A nivel deberes, por ejemplo, damos los deberes (unos 15 minutos cotidianos en primaria) los viernes, para que ellos se organicen.

—¿Por qué en el sistema francés se aprende a leer más tarde que en el sistema español?

—Primero porque el francés es una lengua opaca, al contrario que el castellano, que se lee lo que está escrito y se escribe como se pronuncia. Pero sobre todo porque damos mucha importancia a la comprensión lectora. Leer es entender lo que está escrito y para nosotros es el pilar de los aprendizajes. A principios de primaria y durante tres años, se aprende a leer con expresividad, a entender todo tipo de textos y a ser capaces de analizarlos.

—Como dicen en su eslogan, ¿por qué sus alumnos cambiarán el mundo?

—Porque son alumnos felices, están preparados para cualquier reto y desde los 3 años viven tres lenguas para manejarse en el mundo. Porque son alumnos multiculturales, abiertos al mundo, con unas habilidades extraordinarias. Pueden elegir estudiar en Francia, España, Estados Unidos, Canadá... Les abren las puertas de las escuelas superiores, incluso tienen plazas reservadas porque saben que un alumno de la red es un éxito seguro. También porque son ciudadanos respetuosos y abiertos que tienden puentes hacia los demás, en vez de construir muros.