El pediatra Fernando de Juan Martín visitó ayer el ciclo Aula Montpellier del Hospital HLA Montpellier de Zaragoza para impartir la conferencia La vacunación en el siglo XXI: evidencias científicas, en la que compartió las últimas novedades sobre este sistema de inmunización en el sistema de salud y los importantes beneficios que conlleva para la salud pública, además de analizar los efectos que han tenido actualmente los movimientos antivacuna.

Según el ponente, la vacunación ha sido uno de los grandes avances de la humanidad. Se calcula que evitan entre 2 y 3 millones de muertes al año. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), su efecto en la salud pública es equiparable al de la potabilización de las aguas.

El especialista destacó el importante avance que han supuesto las nuevas vacunas conjugadas, que tienen la facultad de ayudar a aumentar la inmunidad de grupo. “Las vacunas conjugadas dificultan que el microorganismo anide en la faringe creando un ambiente menos propicio para que se propague por la comunidad”, explicó.

Por otra parte, otra importante mejora ha sido el calendario vacunal unificado para todas las comunidades autónomas, aprobado recientemente a iniciativa del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, tanto para la infancia como para la edad adulta, que todas las comunidades autónomas se han comprometido a respetar.

La vacunación universal fue otro de los temas abordados durante la conferencia. El pediatra hizo un llamamiento para “evitar la falta de confianza en las vacunas, que hace que disminuya el número de vacunados y se produzcan brotes epidémicos, por ejemplo de sarampión”.

“Como consecuencia del descenso de la cobertura vacunal (el índice de población vacunada), se crean bolsas de susceptibles que pueden ser más fácilmente contagiados”, dijo el ponente, que recordó lo sucedido recientemente en Zuera con un brote epidémico de rubeola.

Asimismo, De Juan recordó que si la cobertura vacunal es muy alta, la población vacunada ejerce también de barrera de transmisión, ya que “cuanta más gente hay vacunada, menos probable es que un individuo que no esté vacunado se contagie de la enfermedad”.

Además, calificó de “fenómeno muy grave” el aumento de la incidencia de tos ferina en lactantes menores de tres meses, por lo cual se ha introducido ahora la vacuna de tos ferina en embarazadas para que estas puedan transmitir los anticuerpos al feto e inmunizarlo antes de la primera vacunación, que empieza a los dos meses.

Según de Juan, el principal objetivo de las vacunas en erradicar las enfermedades por eso los movimientos anti vacuna suponen un riesgo. El doctor hizo hincapié en los estrictos controles a los que se somete a las vacunas, “tanto antes como después de ponerlas en el mercado”.

Estos controles de seguridad se extienden también a los facultativos y hospitales, que “cuentan con todos los medios necesarios para comunicar a las autoridades sanitarias si se produce algún incidente”, sostuvo.

El facultativo recordó que en España la vacunación no es obligatoria porque la Ley de Autonomía del Paciente deja en manos de las familias la decisión de autorizar o rechazar tratamientos. “No se puede vacunar a un niño si sus padres no quieren, salvo por orden judicial y si se produce una epidemia, como ha sucedido recientemente en Granada”. No obstante, indicó que “esto no ocurre en otros países como Estados Unidos o en Francia, donde para llevar a los hijos al colegio es obligatorio que estén vacunados”.

Sobre la relación entre vacuna de sarampión y autismo y vacuna de la hepatitis B y esclerosis múltiple, De Juan aseguró que no existe ninguna evidencia científica que la respalde y además, en el caso del autismo, se ha demostrado que los estudios que se realizaron al respecto fueron manipulados y su autor mintió deliberadamente por intereses particulares.

“Esto viene dado porque las vacunas se ponen a unas edades que coinciden con la aparición de estas enfermedades. La relación entre la vacuna y la aparición de la enfermedad es temporal, no existe un efecto causal”, aseveró.

Y para contrarrestar la desinformación, el doctor finalizó su conferencia con una batería de datos que evidencian los efectos positivos que las vacunas tienen para la salud de toda la población. Estos son algunos:

- La viruela fue erradicada mundialmente en 1997 gracias a la vacunación.

La mortalidad mundial de sarampión se redujo en un 74% entre el año 2000 y 2010, pasando de 535.000 defunciones a 138.000.

- La incidencia mundial de polio disminuyó en un 99% entre 2000 y 2010,

- La mortalidad mundial del tétanos neonatal se redujo en un 99%, de 790.000 muertos a 5.900, entre los años 1998 y 2010.