Recorrer el Galacho de Juslibol, el Soto de Cantalobos o el barrio de la Cartuja Baja es algo que muchos zaragozanos no han realizado todavía a pesar de su cercanía a la ciudad. Estas localizaciones tienen unas características muy peculiares que sorprenderán al visitante y que resultan ideales como plan alternativo para realizar en cualquier momento, como ahora en las vacaciones navideñas.

Desde Zaragoza Turismo (www.zaragozaturismo.es) proponen dos rutas naturales y un recorrido por un barrio rural para dar a conocer los alrededores de la capital aragonesa. Enclaves cercanos a Zaragoza a los que se puede acceder fácilmente en transporte público y con actividades aptas para todos los públicos.

El Galacho de Juslibol, punto de interés geológico y medioambiental

El Galacho de Juslibol, punto de interés geológico y medioambientalGalacho o “galocho” es una voz aragonesa con la que se denomina a un surco creado por la erosión de las aguas. El de Juslibol es un espacio natural situado a dos kilómetros del barrio rural del mismo nombre, en la margen izquierda del Ebro, a cuatro kilómetros aguas arriba de la ciudad de Zaragoza. Se trata de un lugar único y singular que ocupa unas 100 hectáreas en el que confluyen ecosistemas muy diferentes, dignos de disfrutar en estos días de vacaciones navideñas.

Este paraje está incluido en la Red Natura 2000 como Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) y ha sido reconocido como Lugar de Interés Geológico y Humedal Singular de Aragón. Además, el Ayuntamiento de Zaragoza garantiza su protección a través de la aprobación de la Ordenanza Municipal para la Protección y Gestión del Galacho de Juslibol y del Plan Especial de Protección, Conservación y Mejora del Galacho de Juslibol y su Entorno.

Galacho de Juslibol se extiende sobre unas 100 hectáreas. Foto: Zaragoza Turismo.

El Galacho de Juslibol también resulta muy interesante por su importancia geológica: los movimientos ocasionados por el río Ebro y las fluctuaciones de su caudal durante la época cuaternaria han dado lugar a su serpenteante itinerario que ha cambiado ya varias veces y en Aragón supone un ejemplo único.

Desde el Centro de Visitantes del Galacho de Juslibol, ubicado en el propio espacio natural, se organizan actividades divulgativas dirigidas a niños y adultos que ayudan a conocer más a fondo la flora y la fauna de este entorno medioambiental protegido a las puertas de la ciudad de Zaragoza. Tiene un recorrido aproximado de unos 4 kilómetros y se puede llegar, sin salir de Zaragoza, a través de la línea 1 del tranvía, parada Juslibol (Av. Majas de Goya). El acceso principal se realiza desde Juslibol, donde, a 500 m. de la salida de este barrio, existe una barrera que prohíbe el paso a los vehículos particulares a motor. También se puede acceder desde los barrios rurales de Monzalbarba y Alfocea.

Visitar un bosque en el barrio de Las Fuentes

Visitar un bosque en el barrio de Las Fuentes

El Soto de Cantalobos es el lugar ideal para observar flora y fauna ribereña. Foto: Zaragoza Turismo.

El Soto de Cantalobos es, quizá, el lugar más desconocido de estas propuestas. Sin embargo, este bosque de ribera resulta sorprendente por su cercanía a Zaragoza, su fácil acceso, incluso en transporte público y la variedad de flora y fauna que se puede divisar a lo largo de su recorrido.

Destaca por su excelente conservación y durante su recorrido podremos distinguir flora típicamente ribereña: álamos, chopos, sauces, fresnos…. además de suponer un paraíso para los ornitólogos ya que, prestando atención, se pueden observar numerosas especies como el ruiseñor bastardo, el pájaro carpintero, el pájaro moscón o el autillo, además de aves migratorias asociadas al río como garcetas, cormoranes y martinetes

Para llegar de un modo fácil y sostenible, podemos utilizar el transporte público; la línea 22 nos lleva al barrio de Las Fuentes y, en su última parada, comienza nuestro recorrido. Tras atravesar una extensa zona de huertas comienza el Camino de Cantalobos que nos irá poco a poco adentrando en el bosque. Siguiendo el sendero llegaremos hasta la desembocadura del río Gállego en el Ebro, y precisamente en esta época del año podremos observar algunas aves migratorias, como las gaviotas reidoras y los cormoranes, que cuando acabe el invierno volverán a sus áreas de cría en países del norte de Europa.

Hay que tener cuidado ya que dependiendo de la época del año, el bosque es bastante frondoso y la senda se desdibuja en algunos tramos, sin embargo, es una ruta sencilla, de unos 7 kilómetros, que nos acercará uno poco más a la flora y fauna de la ribera del Ebro, sin irnos demasiado lejos de Zaragoza.

La Cartuja Baja, patrimonio y naturaleza en un barrio singular

La Cartuja Baja, patrimonio y naturaleza en un barrio singular

Vista del antiguo Monasterio de la Cartuja Baja. Foto: Zaragoza Turismo.

El barrio rural de La Cartuja Baja debe su nombre al Monasterio de la Inmaculada Concepción que comenzó a construirse en 1651 y finalizó en 1767. Lamentablemente las leyes y decretos desamortizadores promulgados por el gobierno español en la primera mitad del siglo XIX, dieron fin a la vida monástica de esta cartuja. El monasterio pasó a mano de particulares que lo habitaron y lo transformaron dando lugar al barrio rural zaragozano conocido como Cartuja Baja.

Así las celdas de los monjes son hoy viviendas, el patio del gran claustro (antes cementerio) es un parque municipal donde los niños juegan rodeados del muro que custodiaba el recinto, las calles dejan ver las pinturas y arcos que decoraban las estancias y el centro de la antigua cartuja es hoy el centro del barrio, donde quedan en pie la hospedería, la Iglesia denominada Iglesia parroquial de la Purísima Concepción sin olvidarnos que la vieja muralla rectangular que rodeaba el monasterio hoy forma parte de las paredes de las casas de los vecinos y aún se conservan algunos torreones que formaban parte de las mismas.

Declarado como Conjunto de Interés Cultural, todavía permanecen en pie varias de sus dependencias que van siendo restauradas de acuerdo con el Plan Especial de Protección y reforma interior del Conjunto Histórico-Artístico de la Cartuja de la Concepción.

El Galacho de la Cartuja es una reserva natural similar al Galacho de Juslibol que puede completar la visita a este barrio rural zaragozano de singulares características. Estos parajes tan húmedos y ricos en vegetación suponen un excelente hogar para una importante variedad de animales. Hay más de 200 especies de aves, destacando el martinete y las garzas, y entre los mamíferos, el jabalí, la jineta y la nutria.

Pueden encontrarse más detalles y otros recorridos naturales por la ciudad en la web de Medioambiente y Sostenibilidad o en las oficinas de Turismo del Ayuntamiento de Zaragoza.