Los pacientes que toman Sintrom y sus familiares saben lo incómodo que resulta tener que acudir todos los meses al centro de salud para ajustar la dosis de medicamento que deben tomar para prevenir la formación de trombos y otros accidentes cerebrovasculares. No obstante, estos controles periódicos parecen tener los días contados gracias a la aparición de los anticoagulantes de acción directa, un nuevo tipo de medicamentos con una eficacia similar y una mayor seguridad y comodidad que los tradicionales.

Este nuevo tipo de fármacos centró ayer una nueva ponencia del ciclo Aula Montpellier, que organiza el Hospital HLA Montpellier Zaragoza, impartida por el doctor Carlos Aguilar, jefe de Servicio de Hematología y Hematoterapia del Hospital Santa Bárbara de Soria, con el título Eficacia clínica y manejo de los anticoagulantes de acción directa.

Según el doctor Aguilar, este nuevo tipo de medicamentos se emplean en el ámbito clínico desde hace aproximadamente una década y su uso conlleva importantes ventajas con respecto a los anticoagulantes clásicos, como el conocidísimo Sintrom.

“Su eficacia en ningún caso es inferior y en algunos estudios es incluso superior”, apuntó el ponente. Además, son más seguros: “El riesgo de sufrir hemorragias sobre todo a nivel cerebral es un 50% inferior al que estábamos acostumbrados con los anticoagulantes clásicos”.

El facultativo resaltó también la “comodidad” y “ventajas prácticas” que estos nuevos medicamentos tienen para los pacientes que toman anticoagulantes orales. La principal es la “ausencia de necesidad de controles de laboratorio”, es decir, los pacientes no necesitan acudir al centro sanitario todos los meses para realizar un análisis de sangre y modificar la dosis en función de sus resultados, lo que “en ocasiones requiere estar atento a hábitos de vida y programación de fechas o viajes, sobre todo en personas con una edad laboral activa”, subrayó el experto.

Además, mientras que “en los anticoagulantes tradicionales se producen muchas interacciones con las comidas y otras medicaciones que el paciente pueda tomar, con los anticoagulantes de acción directa, las interacciones con otros medicamentos son muy escasas y con las comidas prácticamente no existen”, señaló el doctor Aguilera.

También los mecanismos de acción de los anticoagulantes de acción directa y los tradicionales son diferentes. Según explicó el especialista, “el Sintrom neutraliza el efecto de la vitamina K en el organismo, que está muy involucrada en la producción de proteínas conocidas como factores de coagulación que intervienen en una correcta coagulación sanguínea, reduciendo así la actividad de la misma. De esta manera, inhibiendo ciertos factores de coagulación hace que la posibilidad de formarse trombos sea menor”.

En cambio, resaltó, “los anticoagulantes de acción directa se unen a determinados puntos del sistema de coagulación y lo inactivan, pero no actuando sobre la vitamina K sino directamente sobre los puntos de la cascada de coagulación que son críticos a la hora de desarrollar trombos”.

Indicaciones

Actualmente en España las indicaciones aprobadas para la toma de anticoagulantes de acción directa son varias. Por un lado, están indicados para la prevención de trombosis en pacientes que se someten a intervenciones de prótesis de cadera y rodilla, que una vez dados de alta deben pasar un periodo de inmovilidad bastante prolongado.

Según el doctor Aguilar, a estos pacientes “se les administraba hasta la aparición de estos anticoagulantes inyecciones de heparina para reducir la posibilidad de formación de trombos” pero la indicación ahora es de estos nuevos anticoagulantes, “mucho más cómodos porque se administran por vía oral”.

También están indicados para determinados pacientes, no todos, con algunos tipos de arritmia como la conocida como fibrilación auricular, “que puede tener consecuencias en el desarrollo de pequeños coágulos que salen despedidos del corazón hacia otras zonas del cuerpo, principalmente el cerebro, produciendo ictus con frecuencia mortales o causantes de secuelas neurológicas graves”, refirió el experto.

Por otra parte, la toma de anticoagulantes de acción directa también se recomienda actualmente en pacientes que tienen problemas de trombosis venosas o embolias de pulmón, “aunque por el momento no están financiados por el sistema público de salud”, aclaró el ponente. Otra indicación más reciente es la de algunos pacientes con problemas de tipo coronario agudo.

Consejos para el paciente

Según expuso Aguilar, en la actualidad todas las sociedades científicas, guías médicas y las principales agencias regulatorias del medicamento a nivel internacional recomiendan a los pacientes para los que están indicados este tipo de nuevos anticoagulantes respecto a los clásicos por las ventajas que conllevan.

No obstante, indicó que una de las principales ventajas de estos fármacos, la ausencia de necesidad de controles, puede ser también un inconveniente para el seguimiento del tratamiento por parte del paciente, ya que “el hecho de no necesitar controles hace que algunos pacientes se relajen y no tomen el medicamento, lo que puede repercutir en los resultados del tratamiento”.

En este sentido, Aguilar insistió en que, aunque se trate de un tratamiento que no precisa de controles, la toma de anticoagulantes tiene siempre un riesgo hemorrágico. Por eso, instó a los pacientes a comunicar siempre a su médico de cabecera o especialista cualquier episodio hemorrágico que pueda sucederles y ser muy conscientes del tratamiento con el fin de evitar consecuencias no deseadas.