La pandemia del coronavirus está dejando una huella imborrable en el mundo entero. El también conocido como COVID-19 ha conseguido hacer que muchas familias de medio mundo tengan que permanecer en sus casas para poder protegerse y evitar la propagación de la enfermedad. Una situación que está causando turbulencias en los mercados.

El IBEX 35 se ha resentido por culpa de este panorama nacional e internacional, y no es el único que está sufriendo los coletazos de una enfermedad que ya llevaba dibujando una amenaza desde finales de 2019. Muchas empresas se han visto obligadas a cerrar temporal o definitivamente mientras preparan estrategias para recuperarse en un escenario que comienza a arrojar la palabra “crisis” por aquí y por allá.

Sin embargo, esta situación, aunque está creando un enorme ambiente de incertidumbre y temor en los mercados, también está propiciando la aparición de nuevas oportunidades tanto de negocio como de inversión en bolsa. De hecho, tan solo hay que ver qué esta sucediendo con el metal más preciado: el oro.

La cotización del oro en bolsa ya llevaba una racha creciente a lo largo de esta década, pero la propagación de la pandemia ha hecho que su valor aumente todavía más rápido. ¿El motivo? Un aumento de la demanda que ha hecho que cada vez vaya encareciéndose más el valor de la onza en todos los mercados del mundo. Tanto es así, que las principales refinerías de oro europeas están teniendo una demanda muy superior a lo que pueden producir. Están saturadas.

¿Que está causando esta tendencia con el oro?

El pasado 6 de marzo, el precio de la onza de oro rompía la barrera de los 1.700 dólares, hito que llevaba tiempo sin poder alcanzar a pesar de unas continuas idas y venidas en el mercado.

Una situación que, curiosamente, no se da por primera vez en nuestra historia. Durante la crisis económica de 2008, también se registró un notable repunte para el valor del oro, y es que muchos profesionales lo consideran un valor de refugio, algo con lo que evitar los problemas de la inflación y la pérdida de valor del dinero.

Siempre que se produce una crisis importante, o al menos casi siempre, este activo crece en valor constantemente. Se han dado escenarios en los que no ha sido así, pero la tónica general es esta. Y es que, para evitar el impacto que pueda causar el aumento de la inflación y lo que esta implica para el valor de una moneda, la inversión en oro se convierte en una estrategia con la que blindarse.

El miedo a que las secuelas del coronavirus se traduzcan en una crisis económica mundial, debido sobre todo al cese de actividad de medio mundo por culpa de la propagación de la pandemia, está llevando a inversores de todas partes a centrarse en este metal de tanto valor. El problema, no obstante, es que el oro es un activo muy volátil, y exige prestar mucha atención ante cualquier subida o bajada del valor de la onza.

¿Hasta cuándo aumentará el valor del oro?

Refinerías desbordadas, producción y demanda que duplican a las vividas hace tan solo un año… La situación se acerca peligrosamente también a un destino insostenible, lo que podría provocar una rotura del mercado para el oro. Sin embargo, no parece que vaya a ser algo que suceda a corto plazo.

Las principales entidades que están invirtiendo en oro son los bancos centrales y las grandes instituciones. Están movilizándose de esta forma y aumentando la demanda a las refinerías para blindarse, como bien mencionamos antes, y van a seguir haciendo hasta que puedan asegurarse de poder hacer frente a una cada vez más irremediable crisis global con la mayor liquidez posible.

Por el momento, se estima que el valor de la onza del oro siga creciendo durante varias semanas, aunque se prevé también que el movimiento se prolongue durante meses. Hasta que no se vea cierta estabilidad con respecto al coronavirus y, sobre todo, se vuelva a mantener la normalidad en el ámbito empresarial, económico, laboral y social, no se podrá determinar el plazo en el que el oro seguirá aumentando su valor.

Por ahora todo sigue como hasta el momento. Las familias siguen confinadas, los comercios cierran y muchas empresas se ven obligadas a aplicar expedientes de regulación temporal de empleo para poder cuadrar sus números con el apoyo de los gobiernos. Mientras tanto, las refinerías están más saturadas que nunca y trabajando a contrarreloj para estar a la altura de la demanda. El oro sigue creciendo, y lo va a hacer hasta alcanzar, seguramente, unos valores históricos.