“Un lugar donde vivir una experiencia inolvidable”. Esa es la carta de presentación, a modo de invitación, que el Restaurante Serafín luce en sus paredes. La receta es que los clientes disfruten de la comida y se sorprendan. Y la satisfacción se traduce en que repiten visita y que en el tiempo que lleva abierto, año y medio, han pasado más de 3.000 personas por este acogedor lugar.

Restaurante Serafín es una de las pequeñas sorpresas que esconde la provincia de Teruel. Situado en Cutanda, a 13 kilómetros de Calamocha, el local mezcla los sabores de la cocina creativa con la tradicional, como homenaje al lugar sobre el que se asienta. El antiguo horno del pueblo pasó a ser centro social. Luego el edificio fue objeto de reforma y quedó dividió en el hogar social y restaurante. Se respetaron los techos altos de madera pero el salón mantiene su esencia original.

Coqueto y moderno, el comedor tiene capacidad para 40 comensales, por lo que es recomendable realizar la reserva previamente, sobre todo si en fin de semana. Trabaja comidas y cenas, de miércoles a domingo. “La cocina parte de un gesto sencillo a la cocina creativa, sin grandes pretensiones pero con un profundo respeto al producto y a la cocina tradicional y vanguardista. Apostamos por el producto de zona y las nuevas técnicas de cocina”, destacan sus propietarios.

Restaurante Serafín está formado por un equipo de cuatro personas: Maika Cabrera y Emilio Blanes en sala, y por Laura Gargallo y David García en cocina. “Todo lo que elaboramos es artesanal, con productos de temporada y de calidad, respetando al máximo la esencia de cada plato y haciendo siempre un guiño a las nuevas técnicas, sin olvidar de dónde venimos”. Al frente se encuentra este equipo de profesionales joven, pero con más de 25 años en el sector y que entre otros proyectos trabaja para la puesta en marcha de un servicio de cátering.

Menú degustación

Restaurante Serfaín elabora un menú degustación de 30 euros, que se compone de seis pases: un entrante frío, uno caliente, un pescado, un digestivo, una carne y un postre. Entre sus especialidades destaca el vichyssoise de coco con pulpo gallego y sotabarba, croutons de sésamo, caviar de wasabi y remolacha lyo; ravioli ibérico con espuma de chirivía, salsa de huesos, aceite de tomillo limonero y crema de regaliz Zara; y Appe pie con escarcha de gin tonic cítrico, lima crispy y helado de yuzu con lemon grass. La oferta gastronómica se completa con una amplia selección de vinos.

“El menú es equilibrado y muy cuidado. Lo cambiamos constantemente porque el cliente y el producto de temporada así lo demandan. La gente sale gratamente sorprendida por los platos y por este lugar con encanto, que ha sabido crecer en solo unos meses gracias al boca a boca”, indican.

Para que la visita permanezca en la retina, muchos clientes deciden fotografiarse junto a la frase sugerente (“Un lugar donde vivir una experiencia inolvidable”). Por ello, como prueba de agradecimiento a su fidelidad, Restaurante Serafín sortea cada mes una cena para dos personas. El único requisito para participar es convertirse en seguidor de su página en Facebook. Para muchos clientes, ya es “El Bulli” turolense.