Las derrotas es lo que provocan. Vuelan tres puntos en dirección al infinito, amargan el alma y generan dudas. Con dudas se quedó el Real Zaragoza y dudas levantó el 0-1 contra el Alcorcón en la amplísima masa de seguidores blanquilla. Fue el qué, también el cuándo, pero sobre todo el cómo. Una derrota fea, en la que el equipo se vio claramente maniatado por el planteamiento táctico del Alcorcón, que ahogó la salida de balón y el juego se difuminó hasta hacerse irreconocible. Primer bofetón en La Romareda de la era de Juan Ignacio Martínez y una oportunidad importante perdida: de estar en disposición de ahuyentar el descenso a cinco puntos a verlo ahí, cerquita.

Ha sido una semana extraña, la más difícil desde que JIM tomó las riendas del banquillo y consiguió invertir una tendencia descendente y, poco a poco, paso a paso, sacar la cabeza de los cuatro últimos puestos. El Real Zaragoza juega este domingo en Oviedo en busca de tres puntos, el alimento que cura todos los males, pero muy especialmente con la obligación de despejar ese mar de dudas y dar respuesta a una pregunta: ¿accidente o tendencia?

¿Fue algo puntual o algo más? Los protagonistas del equipo que han tomado la palabra estos días se han mostrado seguros y confiados en la fuerza de este nuevo grupo bajo las órdenes de un nuevo entrenador. También JIM, que reclamó un cambio de mentalidad y de actitud a sus futbolistas para acercarse otra vez a las victorias y huir de las derrotas. Es muy importante el encuentro del Tartiere. Puede ser decisivo en el desarrollo de la temporada. Que todo haya sido un accidente o que estemos ante el inicio de otra tendencia.