Si los trabajadores no aceptan desconvocar la huelga o se comprometen a fijar unos servicios esenciales de mantenimiento no tendremos otro remedio que solicitar el aplazamiento del partido contra el Tenerife", aseguraban ayer fuentes del Real Zaragoza. Con esos parámetros de salida se reunirán hoy el Zaragoza y los miembros del comité de empresa de los trabajadores, que han convocado huelga para el domingo 2 de noviembre con el objetivo de mostrar su total rechazo al Expediente de Empleo (ERE) que piensa llevar a cabo la Sociedad Anónima Deportiva (SAD). Si en la reunión de hoy no se atisba un posible acuerdo, ambas partes volverían a verse las caras este viernes en la sede del SAMA (Servicio Aragonés de Mediación y Arbitraje) en el último intento por encontrar una solución al conflicto y que no se realice la huelga.

La huelga, según un comunicado emitido ayer por los sindicatos, "afectará al control de accesos del campo de fútbol municipal (estadio de La Romareda) y a la parte de la seguridad que no controlan los vigilantes habilitados, que pertenecen a otra empresa". Además se recuerda que "al no ser el fútbol una actividad que pueda ser considerada como un servicio esencial para la comunidad no procede la fijación de servicios mínimos, por lo que el partido podrá celebrarse pero a puerta cerrada, o suspenderse. Todo lo que no sea eso, no solo atentará contra el derecho fundamental de huelga, sino que pondrá en peligro la seguridad y el orden público".

En caso de mantenerse esa postura por parte de los trabajadores y estando obligado a respetar el derecho a la huelga de los mismos, el Real Zaragoza no tendría otro remedio que aplazar el partido del domingo contra el Tenerife o cambiarlo de fecha. El Zaragoza ni puede contratar a personal de otra empresa para realizar los servicios que se necesitan en el estadio de La Romareda porque en ese caso no respetaría el derecho a la huelga ni esperar a última hora para suspender el encuentro porque los trabajadores que decidan secundar la misma no deben comunicarlo de antemano. "Por ese motivo, si el comité de empresa no nos asegura unos servicios esenciales de mantenimiento en caso de que se mantenga la huelga, el partido no puede celebrarse. Tiene que haber un mínimo de personal para dar servicio a la gente y que todo se pueda desarrollar con normalidad", afirmaban fuentes de la entidad.

POSTURAS DISTANTES

Después de más de un mes de negociaciones, las posturas entre ambas partes siguen estando muy distantes y ahora mismo no parece que puedan alcanzar algún acuerdo. De hecho, en el comunicado emitido ayer por los sindicatos, se hacía constar que "el Expediente de Regulación de Empleo presentado por el club pretende sustentarse, formalmente, en causas económicas y organizativas, pero en realidad se basa en externalizaciones innecesarias que perjudican gravemente al club y a los trabajadores. Para el Real Zaragoza, que no se entienda la oportunidad y se discuta incluso la legalidad de este ERE no es relevante, el ERE no está hecho para que se entienda, sino para ejecutarlo".

El Real Zaragoza quiere realizar un Expediente de Regulación de Empleo en el que se rescindirían 200 contratos del club y otros 10 de la Fundación entre los 292 trabajadores actuales (264 del club y 28 de la entidad). La vía para hacerlo sería a través de externalizaciones, como ya ha sucedido con los servicios médicos, y reducciones salariales. "Los trabajadores están en su perfecto derecho de hacer huelga, pero esa medida supondría una ruptura de las negociaciones. Nosotros no vamos a cambiar de criterio y vamos a seguir adelante con el ERE", indicaban desde el club aragonés.