Apenas hay noticias de Adrián González, un futbolista llamado a tener un papel relevante en un Real Zaragoza al que llegó en verano con la carta de libertad y en el que, hasta ahora, ha pasado casi desapercibido. Es el único integrante de la plantilla (sin contar a los refuerzos del mercado invernal) que nunca ha sido titular y es, de largo, el que menos minutos ha disputado, apenas 192, o lo que es lo mismo, poco más de dos partidos completos. Solo Peybernes y Sanabria, recién llegados, atesoran menos. Raí y Papu también, pero en enero se marcharon del club.

Cierto es que las lesiones han sido determinantes en la escasa participación del centrocampista, pero tampoco ha entrado en juego cuando ha estado disponible. Adrián se lesionó en el cuádriceps en Butarque durante el calentamiento previo a la disputa del encuentro ante el Leganés. El madrileño iba a ser titular, pero el percance le apartó del once dando entrada a Zapater. Era el 22 de octubre y ahí comenzaba un calvario que se alargaría durante numerosas semanas.

Porque el zaragocista, de 32 años, recayó cuando reapareció, un mes después, ante el Rayo Vallecano con la misma lesión en esa zona, lo que le volvió a apartar del grupo, en esta ocasión, otros dos meses más. Regresó el 22 de enero en el Carlos Belmonte para disputar la última media hora, pero no pudo evitar la derrota a pesar de que estuvo cerca ya que estrelló un cabezazo en el poste.

Pero, a partir de entonces, sus apariciones han sido esporádicas y nunca de más de media hora. De hecho, el partido en el que más minutos estuvo en el campo fue el primero de la temporada, ante Las Palmas en La Romareda (2-2), en el que jugó los últimos 32 minutos. En las otras diez ocasiones en las que ha participado lo ha hecho en los últimos compases del encuentro y solo ante Málaga y Albacete (25 minutos) y frente al Alcorcón (22) su concurso se prolongó más allá de 20 minutos.

En esos 192 minutos, jugados ha marcado un gol (ante el Málaga en La Romareda que no evitó la derrota zaragocista por 1-2) y ha sufrido una amonestación. Son los únicos datos que figuran en la hoja de servicios de Adrián, que recaló en el Real Zaragoza con un contrato de dos temporadas y que cuenta con más de 250 partidos disputados en Primera División. Es el integrante de la plantilla con más experiencia en la élite, por encima, incluso, de Zapater. Sin embargo, en un Zaragoza que deambula al borde del abismo en su octava temporada consecutiva en Segunda, no juega nada.

JIM le ha utilizado en seis encuentros en los que suma un total de 96 minutos. Disputó los últimos 29 frente al Albacete en tierras manchegas, 7 en Ponferrada, 25 en Málaga, otros 22 en casa frente al Alcorcón, 4 en Oviedo y los últimos 6 ante el Tenerife en La Romareda. Antes de la llegada del alicantino, apenas había entrado en cinco encuentros, sobre todo, por culpa de esa lesión de la que recayó y que parece haberle dejado marcado.

El madrileño, una oportunidad de mercado, vino tras disputar 103 partidos con el Málaga en los que hizo 20 goles, seis de ellos la pasada temporada, con los que contribuyó a la permanencia en Segunda. Previamente. También había sido titular en el Eibar, en el que jugó 68 partidos entre las dos campañas y anotó 13 tantos. A Ipurúa había llegado procedente del Elche, donde disputó 30 encuentros en una sola campaña, marcando un tanto. Antes había pasado dos años en el Rayo, donde hizo tres goles en los 43 partidos en los que intervino en dos temporadas tras haber pasado otras tantas por Racing (tres tantos en 59 partidos) y Getafe (un gol en 34 duelos).