Quinientos en Alcorcón, casi mil en Tarragona, dos mil largos en Los Pajaritos, más de medio millar en Pamplona, otros cuatrocientos en León, por encima de quinientos en Vallecas. La afición del Real Zaragoza no ha cesado de animar a su equipo desde que comenzó el 2018. Si bien en los primeros meses de la temporada el equipo no pudo disfrutar del aliento de su gente, debido a las distancias y, sobre todo, a los horarios, su presencia en los últimos meses ha sido fundamental, como lo será en Reus el viernes.

El apoyo de la hinchada zaragocista en los desplazamientos ha sido una de las piezas indiscutibles de la remontada del equipo aragonés, que solo ha perdido dos encuentros lejos de su estadio en la segunda vuelta de la Liga. Cayó en Granada en enero y hace diez días frente al Rayo Vallecano. El resto de viajes se lo repartió entre el empate de Alcorcón y las victorias en Tarragona, Soria, Pamplona y León.

La quinta puede llegar en un par de días en el Camp Nou de Reus, donde habrá de nuevo masiva presencia zaragocista. La Federación de Peñas ya había vendido la semana pasada las 110 entradas que disponía. Lo hizo en un paquete conjunto a través de diferentes presidentes de algunas peñas. Se le quedaron cortas, pero en esta ocasión no llegaron las trescientas que habitualmente se reciben debido a las proporciones del campo.

El Real Zaragoza puso ayer a la venta otras 200 entradas a las nueve de la mañana. Media hora después estaban agotadas. Se espera, además, que muchos zaragocistas acudan por su cuenta. El aforo del Camp Nou reusense no llega a los cinco mil espectadores, pero el club solo cuenta con dos mil abonados (el que menos de la categoría), por lo que al menos la mitad de campo queda casi siempre desierto.