Ocho años y dos meses largos esperando una noticia que llegó de la forma más inesperada. Agapito se inventó lo que vino a llamar "un nuevo medio de comunicación" con el objetivo de dar "las noticias que se vayan produciendo" los próximos días. Agadigital se llama la página web en cuestión. Para promocionarla usó su twitter, una vía que recuperó para explicar lo que el zaragocismo esperaba escuchar después de tanto desmán. El soriano rebla, se va. Ayer confirmó que va a entregar todas sus acciones y deja el Real Zaragoza en manos de la Fundación Zaragoza 2032 (texto integro en las páginas 4 y 5). Actúa a última hora una vez más, aprisa y corriendo que se dice por aquí. De eso le informó ayer a Javier Lasheras, que lidera el grupo de empresarios que está al frente del club, en una reunión mantenida en Madrid. Después llegó la propuesta pública, una vez que había firmado un documento de la cesión de todas las acciones al grupo de Alierta.

En los últimos días se ha insistido desde diferentes sectores en que Agapito no estaba dispuesto a ceder sus acciones a la Fundación, mientras desde el club se alimentaban otras alternativas, las de inversores mexicanos y alemanes. Pero hace ya días que el soriano ha mantenido contactos con el grupo encabezado por Alierta. La presión ha ido creciendo conforme se acercaba la fecha límite. Comenzó en la Liga de Fútbol Profesional, siguió en el CSD, en la Federación Española de Fútbol, en el Ayuntamiento de Zaragoza y en el Gobierno de Aragón. El orden es indistinto. Desde todos los estamentos se ha apretado a Agapito para que despachara el Real Zaragoza de una vez, así como a Javier Lasheras y compañía. Aún falta, claro, que se produzca la retracción de las acciones, la resolución del contrato y la disolución del actual Consejo de Administración, formado por el director financiero José Guerra, el portavoz Luis Gamón y Antonio Martínez.

Dice Agapito haber tomado la decisión de forma voluntaria y afirma que no le gusta "la incertidumbre" que se ha generado tras tomar el club el grupo de empresarios encabezados por Javier Lasheras, por lo que anuncia su intención de ejecutar las cláusulas del contrato que firmó el pasado 4 de junio con los empresarios que han terminado divididos en dos grupos, entre Lasheras y Casasnovas, para recuperar las acciones, "para que vuelvan a mi propiedad". De paso, les pide que "no obstaculicen la resolución del acuerdo por manifiesto incumplimiento".

Además, lanza un dardo a José Antonio Martín, Petón, por la rueda de prensa ofrecida el pasado jueves y habla de "posturas intransigentes realizadas por una persona que nunca ha estado ligada al club y a quien le mueven intereses personales".

Afirma en su propuesta, además, que donará a la Fundación del Real Zaragoza el 18% de las acciones para que se repartan entre todos los abonados y accionistas, mientras que el 72% restante irá a parar a la Fundación, y reconoce, por fin, que algunas de sus decisiones como propietario han derivado en la actual situación de la SAD. Para demostrar que en su "ánimo no existe más motivación que la viabilidad del club", ha tomado la decisión de "participar en la salvación del Real Zaragoza".

Por último, respecto al anuncio más sorprendente que aparece en los diferentes apartados, Agapito asegura que perdona toda la deuda al Real Zaragoza. "Voy a dar las instrucciones oportunas para aportar a título gratuito los créditos subordinados a mi favor, que están constituidos y dependen de mí o a las sociedades a las que represento", lo que supondrá que el Real Zaragoza "se libera de su obligación de pago y su deuda quedará reducida" y que le dará una mayor estabilidad económica. El soriano tenía que percibir una cantidad de alrededor de diez millones de euros por el concurso de acreedores, en el que iba a cobrar en último lugar.