Tiene mucho trabajo adelantado el Real Zaragoza en el mercado de fichajes, algo muy meritorio contando que llegó tarde por la demora en disputar la promoción de ascenso. Eso no impidió que Lalo Arantegui adelantase faena y de una tacada firmase a cuatro futbolistas con visos a jugar en la élite o en la categoría de plata. Después han aterrizado en Zaragoza otros cuatro futbolistas y simplemente quedan uno o dos retoques, pero ahora el club blanquillo necesita imperiosamente avanzar en las salidas, su nuevo debe.

Han llegado al Real Zaragoza Jair, Chavarría, Bermejo, Vuckic, Zanimacchia, Narváez, Adrián González y Gabriel Fernández, pero tan solo se han marchado (con contrato en vigor) Delmás, traspasado al Cartagena a cambio de un 30% de su pase; el inédito Bikoro, al Numancia; y ayer se hizo oficial la cesión de Eduardo Mingotes (que no ha debutado con el Real Zaragoza) al Valencia Mestalla, club que se guarda una opción de compra al término de la campaña. Es todo por el momento y se debe avanzar para aligerar el número de fichas y la masa salarial, que se verá reducida a unos 6 millones este curso.

El Real Zaragoza ha estado centrado en los últimos días en las marchas de jugadores y especialmente en la de Raúl Guti, que ya está en su recta final y que no tiene marcha atrás. El canterano se marchará al Almería a cambio de 4,5 millones de euros más 1,5 opcionales en función de diversos objetivos.

Sin embargo, el resto de jugadores están más en el aire. Todos, como aseguró Baraja, van a tener la oportunidad de convencer al entrenador en los amistosos, pero hay alguno con más opciones que otros. Para el vallisoletano es un examen en el que él es el profesor. Ya probó cosas contra el Getafe y tiene todavía dos duelos en cuatro días para dilucidar sus pensamientos, ver qué jugadores responden y qué se necesita reforzar en la recta final del mercado.

Un jugador que lo tiene muy difícil es Kagawa. El nipón llegó como una estrella y estaba destinado a ser uno de los futbolistas más diferenciales, pero su nivel no ha sido el esperado. El japonés sabe que no cuenta, que su rendimiento no ha estado acorde a su ficha (400.000 euros) y va a facilitar su salida a través de una rescisión. Además, está esperando una oferta en España, ya que quiere seguir en el fútbol nacional.

Varios en duda

Mientras, Baraja paralizó la salida de Papu ya que desea ver su fútbol y su actitud en la pretemporada y ahora mismo es bastante más factible que se quede. El caso de Lasure es parecido, aunque el técnico ya le conoce bien al haberle tenido en el Tenerife. Su cesión al Málaga se ha enfriado por los problemas del club andaluz para inscribir futbolistas debido al Expediente de Regulación de Empleo y podría quedarse si no llega un extremo.

Otro futbolista que está más fuera que dentro es Raí. El brasileño cuajó un buen papel en el Ibiza, pero arrastra una lesión de rodilla que se produjo en julio con el cuadro balear que todavía le mantiene fuera del grupo y de los amistosos. Baraja no puede verle, ocupa plaza de extracomunitario (y sobra uno, él o Kagawa, para inscribir al Toro Fernández), hay tres delanteros ya en nómina, le queda un año de contrato e interesa a varios clubs de Segunda B. Tampoco seguirá Baselga, ya que el club considera prioritario cederle a un Segunda B para que tenga minutos y su destino más probable es el Valencia Mestalla.

Por último, quedará por ver qué sucede con el puesto de central, donde podría haber cambios en caso que llegue un central o si la entidad decide ceder a Clemente para que tenga más continuidad. Ahora, toca dejar salir en el Real Zaragoza.