Ante la insistencia casi patológica en cuestiones referidas al sistema de juego y seguramente un poco sorprendido por el cariz de la coyuntura, Lucas Alcaraz siempre ha contestado lo mismo desde que pisó La Romareda para su presentación. Primero elige a los jugadores y luego elige el sistema. Así ha ido configurando cuatro alineaciones y ha moldeado la idea de distintas maneras: que si el rombo, que si los tres centrales… Alcaraz ha sumado cuatro puntos de doce posibles, aún no ha dado en el clavo y, como le sucedió a Imanol Idiakez, también está sufriendo una exagerada concentración de lesiones. En hombres bastante menos importantes que los que cayeron cuando cayó el anterior técnico, pero también.

Sin embargo, ha recuperado a jugadores claves. Aunque sigue sin Papu, que aporta un punto de distinción y agitación, tiene ya a Álvaro y a Marc Gual, en cuyas ausencias el gol prácticamente desapareció. Y a James, pieza fundamental en el centro del campo. El Zaragoza será lo que tenga que ser en función de la respuesta de su esqueleto principal (Cristian, Benito, Eguaras, James, Papu, Pombo, Álvaro y Gual). Ahora solo falta tener claros cuáles son los nombres de los que depende el futuro de este equipo.