El Real Zaragoza que mida sus fuerzas, el lunes, con el Nástic será un equipo radicalmente distinto al que fracasó estrepitosamente el pasado domingo frente al Granada. Así se desprende de la declaración de intenciones expuesta ayer por el entrenador, Lucas Alcaraz, que no quiere volver a ver ni en pintura a aquel Zaragoza. Hará, pues, cambios. Algunos de ellos, tres, obligados. Porque las lesiones de Buff y Grippo y la expulsión de Benito supondrán el acceso al once de tres elementos nuevos. Pero habrá más. «Se puede rescatar poco del partido ante el Granada, así que hay que reaccionar en todos los sentidos y uno de ellos es la elección de jugadores», anunció el granadino.

Queda claro, pues, que el once inicial zaragocista en Tarragona no tendrá mucho que ver con el último que formó para la foto. Si Alcaraz optó entonces por dar continuidad, con un solo cambio, al equipo que había jugado una semana antes en Elche, en esta ocasión habrá, al menos, medio equipo nuevo. «Son dos situaciones diferentes. En Elche se hicieron cosas bien y otras mal y decidimos dar confianza al equipo y reforzarlo con Marc Gual ante la falta de llegada detectada en aquel partido, pero esta semana es distinta. Hay que girar en ese aspecto», incidió.

La revolución que plantea Alcaraz persigue, sobre todo, una mayor dosis de «determinación», el principal defecto que el técnico encontró en el duelo ante el Granada. Por ahí debe ir la reconversión que reclamó tras aquel partido. «Necesitamos saber adaptarnos a cada partido, ser mucho más eficaces y hacer las cosas con mucha más determinación que en el primer tiempo ante el Granada. Independientemente de lo que se plantee, lo que se haga tiene que ser con mucha más determinación», subrayó Alcaraz.

Una de las novedades podría ser la entrada de Álvaro Vázquez, que reaparecería después de tres semanas de baja por lesión, aunque el técnico advierte que el cambio tiene que ser global. «Nuestra respuesta tiene que ser colectiva, más allá de la presencia o ausencia de cualquier jugador porque un solo futbolista no va a solucionar una situación, sino todos», apuntó.

EGUARAS Y ROS // Las palabras del técnico también podrían reservar la suplencia para Eguaras, que el pasado jueves admitió que su nivel no está siendo el esperado. «En nuestra situación, lo primero que tenemos que hacer es olvidar el listón del año pasado. Al jugador le honra que admita que puede aportar más y estamos trabajando para que aumente el nivel en todos los sentidos, tanto en el físico como en el futbolístico. Es más que necesario y el punto de partida para una mejora es reconocer que no se está bien».

Uno de los que, previsiblemente, saldrán beneficiados con los cambios será Javi Ros, con el que Alcaraz asegura estar «muy contento», a pesar de que ha sido suplente en los dos partidos jugados bajo el mando del técnico. «No ha venido actuando como lo venía haciendo, pero entrena con intensidad y competitividad. Estamos muy contentos con su actitud y el nivel de acierto en los entrenamientos».

No está tan claro, en cambio, que la transformación del Zaragoza también alcance a su dibujo. Al rombo. Sobre todo, porque no hay muchas más opciones habida cuenta del tipo de futbolista que integra la plantilla. «Si pones a los jugadores del Zaragoza imaginariamente sobre un campo te dan un sistema muy parecido. Si cada jugador juega en su hábitat más natural sale un dibujo similar al que hemos utilizado», pero Alcaraz tiene claro que «el sistema no está antes que el jugador. No creo que ningún sistema te solucione nada, sino que son elementos necesarios para el desarrollo táctico. No es algo que me preocupa. Me preocupan más otras situaciones. Por ejemplo, ante el Granada se hizo mal partido no por el sistema, sino por conceptos y aportaciones que no aparecieron», apuntó.

Ha sido una semana dura. El equipo ha descendido hasta puestos de descenso y da la sensación de ya no puede caer más bajo. Alcaraz y el resto del cuerpo técnico han diseñado dos fases. «Primero fue una fase de análisis y autocrítica y percepción de la realidad y, a partir de ahí, buscar soluciones». De todo eso se habló en la reunión que técnicos y plantilla mantuvieron el pasado miércoles. Allí se apeló a la unión, el compromiso y la confianza. Y también a modificar la mirilla hacia el objetivo. «Veo absurdo los objetivos a largo plazo. Pensar más allá de cada fin de semana no tiene sentido y solo debemos centrarnos en ganar al Nástic», expuso el granadino. Aunque no será fácil. Alcaraz prevé un encuentro «muy de la categoría» ante un rival que juega «muy directo, sin elaborar mucho, presionando, balón parado y segunda jugada. Deberemos adaptarnos a eso y ser eficaces en ese partido que nos van a plantear», concluyó.