El Real Zaragoza está muy pendiente de la posible salida de Álex Alegría del Mallorca, un delantero muy del gusto de Miguel Torrecilla y que podría abandonar el club balear si llega un ariete, como es la intención bermellona, en este mercado de enero. Alegría, que firmó por el Mallorca en el verano del 2019, conoce bien al director deportivo zaragocista, ya que le dio puesto en el primer equipo en el Betis al regresar de su cesión al Numancia en el verano del 2016 y lo llevó al Sporting a préstamo en la segunda parte del curso en la 18-19.

El entorno del futbolista admite que han hablado ya con Torrecilla de esa posibilidad y se da por seguro que, en caso de que el Mallorca le abra la puerta, una de las primeras opciones que va a tener va a ser la del Zaragoza. Otro de los equipos interesados en él en Segunda es el Castellón. El Mallorca le dijo hace un mes al ariete que cuenta con él, en las rotaciones que hace Luis García en su ataque, donde Abdón Prats es el más fijo ahora, pero tiene también con Amath y Marc Cardona, por lo que Alegría es a todos los efectos el cuarto delantero, con 13 partidos en Liga, aunque solo en tres titular y 329 minutos en total y presencia en los dos de Copa en el once, donde fue eliminado su equipo por el Fuenlabrada. De hecho, este domingo ante Las Palmas ha jugado el delantero del filial Diabate y no lo ha hecho Alegría, una clara señal.

La falta de gol es la gran carencia balear y el entrenador ha pedido reforzar ese puesto con el poco margen económico que tiene el club. Si eso se da, la salida de Alegría será segura, aunque difícilmente llegará antes de la recta final del mercado. Los números económicos de la operación también cuajarían para el Zaragoza, ya que sus emolumentos en el Mallorca por contrato se han reducido a la mitad tras el descenso el pasado verano. Álex Alegría, un buen rematador con sus 1,88 metros, pero que destaca más por su juego de espaldas a portería y por el desahogo que supone en el juego directo, además de ir bien al espacio, también estuvo en la órbita zaragocista en anteriores temporadas, aunque como alternativa a otras opciones, porque Lalo Arantegui apostó por otros puntas. Sin embargo, es un ariete que sí gusta mucho a Torrecilla.

El jugador extremeño (Plasencia, 14-2-92) se formó en el equipo de su localidad para dar el salto al Cacereño, donde en Segunda B comenzó a mostrar sus dotes goleadoras para fichar por el filial del Betis en el 2012. Debutó en el primer equipo de la mano de Pepe Mel en Segunda en el curso 14-15 y se marchó cedido al Numancia, donde se destapó, siendo el mejor jugador aquella temporada 15-16 del equipo soriano, con 12 goles. Ese buen papel y la llegada de Torrecilla y Poyet al Betis le dieron sitio en el primer equipo verdiblanco, donde jugó 15 partidos en Primera en la 16-17.

Después, fue cedido al Levante, aunque sufrió una grave lesión de rodilla, y al Rayo, ambos en Primera. Sin embargo, el club rayista rompió esa cesión en enero del 2019 y acabó en el Sporting, de nuevo de la mano de Torrecilla, entonces director deportivo rojiblanco. En el tramo final de ese curso fue fijo para José Alberto y jugó 16 partidos, con 13 de titular y tres goles. De regreso al Betis, priorizó jugar en Primera y el Mallorca apostó por él con un contrato de 5 años, hasta el 2024, tras desvincularse del equipo verdiblanco. Apenas jugó en la élite con el equipo balear y se fue cedido al Extremadura, donde anotó seis dianas en 17 duelos que no evitaron el descenso extremeño a Segunda B para regresar a Mallorca, lugar del que ahora puede volver a salir, quizá con destino a Zaragoza. Si lo hace, sería su octavo club profesional desde que firmó contrato con el primer equipo bético en el 2015.